lunes 07 abril 2014, 10:08

Ballack: "El fútbol seguirá siendo pilar de mi vida"

Michael Ballack es uno de los futbolistas alemanes más laureados del siglo XXI. Excapitán de la Mannschaft, a la que representó en 98 ocasiones, el centrocampista también conquistó numerosos títulos nacionales con el Kaiserslautern, el Bayern de Múnich y el Chelsea.

Ballack, que ya ha cumplido 37 años, lideró a la selección de Alemania hasta la final de la Copa Mundial de la FIFA Corea/Japón 2002™, así como a un extraordinario tercer puesto en la Copa Mundial celebrada en su país en 2006. Además, a nivel continental, alcanzó con sus compañeros la final de la Eurocopa de 2008, donde cayeron derrotados ante España.

Nombrado mejor jugador alemán del año en tres ocasiones y miembro de la prestigiosa lista FIFA 100, Ballack desgranó a FIFA.com su brillante carrera, nos habló de sus planes de futuro, la inminente cita brasileña y analizó el potencial de la actual selección alemana.

Señor Ballack, colgó las botas en octubre de 2012, y medio año después jugó su partido de despedida junto a muchos de sus compañeros. ¿Echa de menos el fútbol? Por suerte, no tuve mayores problemas para adaptarme mentalmente a mi nueva situación, que es lo más importante tras una intensa y dilatada trayectoria como futbolista profesional. En mi caso, se remonta hasta mi juventud, una época en la que hice muchos sacrificios por el fútbol, anteponiéndolo a todo lo demás. Me divertía mucho, sí, pero en aquel entonces ya tenía una relación muy intensa con él. Si uno deja de jugar de la noche a la mañana, corre el riesgo de quedarse desubicado: "¿Qué ocurrirá a partir de ahora? ¿Cómo voy a sobrellevar esto?" Yo no tuve ninguna dificultad en el plano emocional. Ahora he decidido tomarme un tiempo de descanso y esperar hasta que vuelva a sentir ese cosquilleo que me anime, tal vez, a asumir algún tipo de función en el mundo del fútbol.

¿Sabe ya más o menos en qué dirección dará ese paso? No, no quiero presionarme a mí mismo. Es algo que debe nacer de mi interior. En algún momento sentiré interés por un proyecto atractivo, que me entusiasme. Por ahora, no tengo ninguna presión para comprometerme con nada. Atravieso una buena etapa personal y aprovecho para hacer otras cosas. Con todo, el fútbol siempre ha sido uno de los pilares de mi vida y seguro que lo seguirá siendo.

En poco más de dos meses arranca la Copa Mundial de Brasil. ¿Qué espera de un torneo que va a celebrarse en un país tan apasionado por el deporte rey? Uno espera asistir a grandes partidos de fútbol y disfrutar de un país que va a transmitir al resto del mundo el ánimo y la forma con la que vive este deporte. Cuando uno es anfitrión, desea que ese sentimiento llegue a todas las personas, ya sea in situ o a través de la televisión. Los brasileños son gente pasional, y el fútbol ocupa un lugar muy destacado en su sociedad. Sin duda, creo que será un Mundial fantástico. ¿Acaso hay alguien que viva más intensamente el fútbol que los brasileños? Así pues, creo que debemos ilusionarnos ante este torneo.

Usted fue capitán de la selección alemana en la edición de 2006. ¿Qué significa para un futbolista jugar en casa una Copa Mundial? Depende de la forma de ser de cada cual. En primer lugar, es muy difícil no dejar escapar ningún detalle en la preparación del equipo, porque no se puede simular previamente lo que ocurrirá una vez empiece el torneo. Muchos de los jugadores que estarán allí están habituados al fútbol de alto nivel, y los brasileños cuentan con grandes astros en sus filas, pero ninguno de ellos sabe lo que es realmente jugar un Mundial en casa. En segundo lugar, las expectativas de sus compatriotas son grandísimas, y tendrán que lidiar con ellas. Sentirán esa presión. Conforme se acerque el inicio del Mundial se verán cada vez más metidos en el ojo del huracán, y no siempre les resultará fácil mantener la concentración en el fútbol y ofrecer el máximo de su potencial. En cualquier caso, creo que los responsables de la Seleçao se encargarán de proteger bien a los jugadores para evitar distracciones. Pero todo depende de cómo gestionen eso los brasileños. Si lo afrontas con actitud positiva, el espíritu mundialista te da alas. Es una euforia extraordinaria, al menos así lo fue en nuestro caso. Cuando íbamos por la calle y veíamos ese ambiente, sentíamos una inyección de fuerza adicional que nos permitía darlo todo y un poquito más.

¿Cree que Brasil está capacitado para ganar el título? ¡Por supuesto! Si bien es cierto que ha pasado unos años complicados, porque siempre se espera mucho de ella, la selección brasileña demostró en la Copa Confederaciones hasta dónde puede llegar alentada por su público. Para mí está, sin ninguna duda, entre las máximas favoritas al trono.

Muchos consideran que Alemania también está en ese grupo de favoritos. ¿Pero cómo ve usted al equipo? Históricamente, siempre ha sido muy difícil ganar algo en Sudamérica. Nadie lo ha hecho todavía, lo cual complica aún más las cosas a los combinados europeos. España también es una selección fabulosa. Ya veremos si consigue repetir el nivel del último Mundial, pero el talento lo sigue teniendo. Alemania es un equipo que ha progresado muchísimo en lo futbolístico, y gracias a la calidad de sus hombres está, con total merecimiento, entre los favoritos. Con todo, en los partidos decisivos, ya sea en una semifinal o en una final, si es que conseguimos llegar tan lejos, deberemos tener esa pizca de suerte necesaria. Confío mucho en este combinado, porque cuenta con unos futbolistas excepcionales. También tengo muchas ganas de ver a otras selecciones, pero qué duda cabe: Alemania es una de las favoritas.

¿Qué le ha faltado en los últimos grandes torneos? Es una serie de varios factores: el deseo incondicional de ganar, la mentalidad del equipo y la de cada uno de sus futbolistas, que la suerte esté de tu lado en el momento preciso... Y la experiencia. España es un ejemplo muy claro de esto que hablo: afronta el próximo torneo con un buen poso de experiencia, conserva intacta su sed de victoria y ha incorporado varias caras nuevas. Todo esto es determinante. Desde fuera es muy fácil hablar de qué es lo que ha faltado hasta ahora. Sin embargo, como jugador, uno siempre está completamente convencido de lo que hace, y siempre trata de hacerlo lo mejor posible. Si todo encaja y consigues el título, los jugadores se llevan ya la experiencia. Algunos de nuestros internacionales han ganado la Liga de Campeones con el Bayern de Múnich, y el Borussia Dortmund fue finalista. Estas cosas dan confianza, y sería muy positivo que trasladaran sus vivencias a la Mannschaft.

¿Qué le parecen sus rivales en la fase de grupos: Ghana, Estados Unidos y Portugal? Es un grupo muy complicado en el que Alemania parte como favorito. De todos modos, seguro que habrá mucha igualdad, porque hay un conjunto europeo muy potente, como es Portugal, una de las selecciones africanas más fuertes, Ghana, y Estados Unidos, un entramado que ha mejorado mucho desde la llegada de Juergen Klinsmann y que siempre llega bien preparado físicamente a las grandes citas. Además, está más que capacitado para doblegar a alguno de los favoritos. Pero yo creo que Alemania pasará de ronda.

¿Y qué otras selecciones considera usted que optan a la corona mundialista? Aquí debo nombrar a los combinados que han marcado tendencia en los últimos años: España, como defensor del título, e Italia, una escuadra que siempre nos plantea problemas. También habrá que ver cómo evoluciona Francia, que sufrió mucho en el clasificatorio. Además, otros conjuntos sudamericanos, como Argentina o Chile, podrían protagonizar más de una sorpresa, porque se sentirán prácticamente como en casa.

En la semifinal de la Copa Mundial de 2002, usted cometió una falta táctica que le costó una tarjeta amarilla y la consiguiente sanción para la final. ¿Qué sintió en ese momento?  En los instantes posteriores, estás tan metido en el partido que no eres realmente consciente de lo que ha pasado. Te fastidia, pero sigues jugando al máximo y sólo quieres que tu equipo gane la final. No lo asimilas hasta semanas, meses o incluso años después, cuando comprendes lo difícil que es llegar a la final de un Mundial. Al no poder jugarla es cuando te das cuenta de lo que te pierdes. Tuve muy mala suerte, pero así es el fútbol. Uno es lo suficientemente profesional como para saber aceptarlo. Aún así, en aquel momento fue muy duro.

Jugó a las órdenes de numerosos entrenadores. ¿Quién fue el que más le marcó? Tuve la suerte de trabajar con muchos entrenadores de primer nivel, y aprendí algo de cada uno de ellos. Cuando empiezas en el fútbol profesional eres mucho más moldeable y mucho más influenciable que a los 29 o a los 30 años, cuando ya eres un futbolista consagrado. En el Leverkusen aprendí muchísimo de Christoph Daum. De su mano di el salto al máximo nivel y entendí lo que supone jugar miércoles y sábado, compaginar la Bundesliga, la Liga de Campeones y la selección nacional. Y, por supuesto, hacerlo siempre bien. Christoph Daum fue un entrenador fantástico que me exigió mucho y al que debo agradecerle muchas cosas.

¿Desde dónde seguirá la Copa Mundial? Estaré en Brasil y trabajaré para el canal ESPN en Río. Es una ciudad alucinante, que vibra y está llena de vida. Empiezo a hacerme una idea de cómo será cuando empiece el Mundial.