sábado 12 marzo 2016, 05:25

Camara, un sustituto insustituible


Souleymane Camara es una persona que destila amabilidad; es tranquilo, agradable y sosegado. Nunca dice una palabra más alta que la otra. Hay que hacer un verdadero esfuerzo para enojarlo. O conocer el truco...

Probemos a pronunciar las palabras “suplente de lujo”, “Supersub” o “Ole-Gunnar Solskjaer” en presencia de este tímido senegalés, y veremos cómo se metamorfosea. “Son tres expresiones que me irritan”, admite el León de la Teranga, cuyo rugido se mezcla con la risa cuando FIFA.com menciona su reputación de sustituto decisivo. “No tengo nada contra Solskjaer, era un gran delantero, y además me gusta mucho el Manchester United”, continúa. “No sé si él se contentaba con ser un suplente de lujo, pero yo no me considero reserva”.

Solamente tiene que convencer a los demás de ello. Su exentrenador Rolland Courbis, por ejemplo, lo describe como “un titular en el banquillo”: es decir, tiene nivel para ser alineado en el once inicial, pero es tan eficaz cuando entra en el transcurso del encuentro que sería una pena prescindir de un recurso así. El delantero del Montpellier ya ha cumplido los 33 años, y parece casi demasiado tarde para combatir esa imagen. “Siempre he dicho que no me gustaba. Hago mi trabajo y soy profesional, en todo momento. Cada vez que tengo la oportunidad de jugar, aunque sean cinco minutos, intento entregarme al máximo. Pero es cierto que a menudo sale bien…”, se resigna a constatar el artillero del equipo de Hérault, que no puede cuestionar las cifras.

Una vieja costumbre De los 50 goles que ha anotado en la Ligue** 1 a lo largo de su carrera, 23 llegaron tras empezar como suplente. Aunque ha cambiado varias veces de camiseta durante los quince años que dura ya una trayectoria profesional iniciada en 2001, en todas ellas ha tenido una etiqueta tan cosida que es prácticamente imposible de quitar: la de sustituto ideal. “Pero mi filosofía es que no hay que plantearse la cuestión. En mis adentros, me considero titular cuando empieza la temporada”, responde el jugador, llegado al Montpellier en 2007, con el que ha tenido tiempo de vivir un ascenso y, sobre todo, el histórico título de liga francesa de 2012.

En cada una de estas etapas, el Montpellier Hérault Sport Club ha podido contar con sus decisivas entradas en juego, una costumbre que se remonta a mucho antes de su estreno como profesional, en 2001. “Empezó cuando era niño, en Senegal”, recuerda el cuartofinalista de la Copa Mundial de la FIFA 2002™. “Iba a entrenarme al centro Aldo Gentina, el centro de formación del AS Mónaco en Dakar, aunque en aquella época no estaba internado. Me entrenaba y hacía pruebas. Y cuando volvía a mi escuela de fútbol, muchas veces se estaban jugando partidos y yo llegaba a 15 o 20 minutos del final. Me daban entrada y marcaba siempre…”.

Y es posible que eso fuese lo que convenció al club monegasco para ficharlo en 2001, y conservarlo cinco temporadas. Durante ese tiempo, Camara vio pasar a hombres como Fernando Morientes, Oliver Bierhoff, Marco Simone, Javier Saviola, Ludovic Giuly o Emmanuel Adebayor. En esos casos, es más fácil aceptar la condición de suplente... “No sé si era el mejor equipo, pero era excepcional”, reconoce el delantero centro, que también ha vestido los colores de Niza y Guingamp. “De pequeño, veía a Simone, Morientes o Bierhoff por la tele, y pasar de repente a estar en el mismo equipo y en el mismo vestuario que ellos fue algo extraordinario. Aprendí mucho a su lado. Todavía hoy estoy cosechando los frutos de aquel trabajo, y aún sigo contándoselo a algunos compañeros”.

Observación y acción Y quizás evoque esos recuerdos cuando ocupa un puesto en el banco de reservas, esperando con impaciencia la hora de mostrar que su sitio está al otro lado de la línea de banda. “En el banquillo, observo mucho, estoy concentrado en el partido, intento ver los defectos de la defensa contraria, y trato de averiguar qué puedo hacer para desestabilizarla”, explica Camara, que, entre los goles que ha inscrito tras empezar como suplente cita el de la victoria por 1-0 contra el Niza el año del título del Montpellier y, sobre todo, la primera diana que logró con la selección. “Fue en la Copa Africana de Naciones 2002, contra Zambia. Íbamos empatados a 0-0, y nunca le habíamos ganado a ese rival. A cinco minutos del final, Bruno Metsu me dio entrada, y en mi primera ocasión, un centro de Makhtar Ndiaye, metí la cabeza y ganamos 1-0 en el minuto 90...”.

Aquel año, los Leones de la Teranga alcanzaron la final de la gran cita africana, la primera y única de su historia, con una generación de astros que también clasificarían a Senegal para su primer Mundial. En Corea y Japón, los senegaleses llegaron a cuartos de final, donde cayeron ante Turquía por un gol de oro (1-0 t.s.). Ese día, Camara se quedó en el banquillo...