jueves 28 julio 2016, 12:45

Chicle y autógrafos, las curiosidades de Inglaterra 1966

Sí. Sin duda sabes mucho de la Copa Mundial de la FIFA 1966™: qué país la ganó, qué jugador metió tres goles en su final, qué jugador recibió el trofeo Jules Rimet de la reina Isabel II… Pero hay otras cosas que quizá no conozcas sobre sus campeones… y son curiosísimas. ¡Echa un vistazo!

30 años después, dos aspectos memorables de la campaña de Inglaterra formaron parte de la letra de la canción Three Lions de David Baddiel, Frank Skinner y The Lightning Seeds, que tuvo un gran éxito en el Reino Unido. “Bobby belting the ball” (“Bobby pegando fuerte al balón”) hacía referencia al cañonazo de Bobby Charlton contra México, mientras que “Nobby Dancing” (“Nobby bailando”) aludía al cómico baile con el que celebró Bobby Stiles la victoria en la final, ¡con el Trofeo Jules Rimet en una mano y su dentadura postiza en la otra!

25 años y 109 días de edad tenía Bobby Moore en la final, lo que le convierte en el segundo capitán más joven en ganar el Mundial. Daniel Passarella era 78 días más joven cuando capitaneó a la Argentina campeona en 1978. El capitán más longevo fue el italiano Dino Zoff, que había vivido 40 años y 133 días cuando levantó el trofeo en 1982.

16 partidos internacionales disputó Jack Charlton en 1966 (récord de un jugador de Inglaterra en un mismo año). La cifra resulta más impresionante si cabe teniendo en cuenta que el defensa central del Leeds United apenas había debutado con su país el año anterior, con casi 30 años.

15 minutos quedaban para empezar la semifinal de Inglaterra contra Portugal cuando el segundo entrenador, Harold Shepherdson, se dio cuenta de que había olvidado comprar chicle. Un dato no menor ya que se lo daba habitualmente a Gordon Banks en cada partidos para que el portero se lo restregase por los guantes con el fin de atrapar mejor el balón. Shepherdson salió corriendo desde el túnel de vestuarios hasta el quiosco más próximo, hizo la compra y regresó a Wembley justo a tiempo.

14 puntos de sutura tuvieron que darle a Jimmy Greaves en el último encuentro de la liguilla contra Francia. “Inglaterra no ganará el Mundial sin Greaves”, advirtió el experto analista Jimmy Hill. El delantero del Tottenham Hotspur y ex del AC Milan, quien afrontó el campeonato tras haber marcado 43 goles en 51 internacionalidades, se perdió los partidos contra Argentina y Portugal, pero recibió el alta para la final. Sin embargo, pese al gran clamor popular para que el seleccionador lo alineara en detrimento de un Geoff Hurst que sólo llevaba 2 goles con Inglaterra, Alf Ramsey se negó a modificar un equipo ganador. Hurst se convertiría en el primer hombre, y único hasta la fecha, en firmar tres dianas en una final mundialista.

12 horas y 1 minuto encadenó Gordon Banks sin encajar un gol con Inglaterra hasta que, en semifinales, el portugués Eusebio lo batió desde el punto de penal en los últimos minutos. Banks había mantenido su portería a cero contra Yugoslavia y Finlandia antes del campeonato; y contra Uruguay, México, Francia y Argentina durante la fase final. Desde que el escocés Jimmy Johnstone le anotara con un trallazo, Banks sumó 721 minutos imbatido, marca que sigue siendo un récord para un portero de Inglaterra.

11 años y 49 días tuvo que esperar Ian Callaghan para su siguiente partido con Inglaterra después de ganar el segundo que disputaba, en el cierre de la primera fase contra Francia. El intervalo entre esas internacionalidades es un récord de la selección inglesa.

10 de la noche: a esa hora, sin falta, entraba Ramsey en la sala de ocio de sus jugadores y, sin importarle que estuviesen en plena partida de cartas o a punto de terminar una película, decía “buenas noches, caballeros” y apagaba las luces.

8 internacionalidades sumaban antes de encarar el certamen entre Martin Peters y Geoff Hurst, los autores de los cuatro goles de Inglaterra en la final. En cambio, los que marcaron los cuatro tantos de Brasil en la siguiente final mundialista, ¡totalizaban 220 partidos internacionales antes de México 1970!

7 votos: por ese pequeño margen obtuvo Inglaterra el derecho a organizar el octavo Mundial en 1960. Ironías del destino, en esa votación celebrada en Roma, se impuso por 34-27 a… la República Federal de Alemania.

4 toneladas pesa “La escultura del Mundial”, una imponente estatua de bronce, de casi 5 metros de alto próxima al estadio londinense de Upton Park, que representa una icónica fotografía tomada tras el triunfo de Inglaterra. En ella aparece Moore alzando el trofeo y subido a hombros por Hurst y Ray Wilson, con Peters a su lado. Moore, Hurst y Peters jugaban en Upton Park con el West Ham, el equipo con más jugadores en la final junto con el Borussia Dortmund (Hans Tilkowski, Siggi Held y Lothar Emmerich). Su autor fue Philip Jackson, el escultor de la reina Isabel II, y la inauguró el príncipe Andrés en 2003. Jackson, no obstante, se tomó una licencia artística: muestra sonriendo a Wilson, que en la foto aparecía poniendo una mueca (“Era nuestro jugador de más edad, acababa de jugar 120 minutos, y Bobby era un tipo grande”, se justificaba el lateral).

3 selecciones han acabado levantando el trofeo tras no lograr ganar su primer partido, e Inglaterra fue la primera con su 0-0 ante Uruguay en 1966. Luego la imitaron Italia, que no pudo pasar del 0-0 contra Polonia en su primer compromiso de 1982, y España, cuya campaña triunfal de 2010 empezó con una derrota por 0-1 contra Suiza.

2 jugadores de Inglaterra tuvieron sobrinos que acabaron cobrando fama en otras facetas del mundo del espectáculo. En su momento, Gordon Banks compró una batería a Nick Banks, hijo de su hermano David que, como integrante del grupo Pulp, tuvo éxitos tan sonados como Common People. Por su parte, Ben Cohen, cuyo tío George era un rápido lateral derecho, se convirtió en un veloz wing de rugby que ayudó a Inglaterra a ganar la Copa del Mundo en 2003.

0 autógrafos firmaron los jugadores y técnicos de Inglaterra la noche antes de la final, tras caminar una hora en el trayecto de ida y vuelta al cine. Los internacionales ingleses habían evitado el lujo de los hoteles londinenses de 5 estrellas para alojarse en el modesto Hendon Hall, y fueron a ver la comedia Those Magnificent Men in their Flying Machines sin que nadie les molestase. “Es asombroso si lo comparas con lo que tienen que afrontar los jugadores hoy”, afirmaba Hurst. Pero quizá los lugareños se lo pensaron dos veces antes de acercarse a los jugadores de Inglaterra… En un episodio de la serie estadounidense Frasier, décadas después, el personaje Daphne Moon recordaba: “Mi tío Jack intentó una vez conseguir un autógrafo de Bobby Charlton, hasta que Bobby le golpeó en la cabeza con una lata de cerveza. Después de 12 puntos de sutura, ¡todavía tiene la lata!”.