Turquía causó sensación en la Copa Mundial de la FIFA 2002, torneo en el que alcanzó las semifinales. Allí cayó por la mínima ante Brasil (1-0), posterior campeona del mundo, y acabó colgándose un bronce sensacional.

Anteriormente, los turcos solamente se habían clasificado una vez para la Copa Mundial. Había sido casi 50 años antes, y el modo en el que lo consiguieron fue igualmente espectacular.

La fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA 1954 de Suiza todavía no era tan global como en la actualidad. De hecho, en Europa había diez grupos —para un total de trece en todo el mundo—, compuestos solamente por entre dos y cuatro selecciones.

Turquía se encontraba en el Grupo 6, donde su único rival era España, favorita a hacerse con el pasaporte mundialista. El sistema, igual que ahora, consistía en una eliminatoria a doble partido. El duelo de ida se disputó el 6 de enero de 1954 en Madrid, donde los españoles se impusieron por 4-1.

El 14 de marzo se jugó la vuelta en Estambul. El combinado turco apretó las tuercas en defensa, logró dejar en blanco a la selección española y ganó 1-0.

Como en aquella época no existía todavía la norma del valor doble de los goles fuera de casa, el reglamento de la FIFA establecía que se jugara un partido de desempate. El choque decisivo tuvo lugar apenas tres días después en el estadio Olímpico de Roma. Según apuntan diversas fuentes, 60.000 espectadores fueron testigo de un partido dramático con un increíble final.

José Luis Artetxe no tardó en adelantar a la selección española (18’), pero Turquía empató en el 32 por medio de Burhan Sargin, autor también del importante gol de la victoria en Estambul. Pasada la hora de juego, Suat Marma puso por delante a los turcos, pero los españoles empataron en el minuto 79 gracias a la diana de Adrián Escudero. El marcador ya no se movió ni en los minutos restantes del tiempo reglamentario ni en la prórroga, que sí existía entonces.

Eran tiempos en los que la tanda de penales, introducida por el IFAB en 1970, todavía no formaba parte del reglamento. De modo que un sorteo decidiría quién viajaba a la Copa Mundial de Suiza. La mano inocente fue Luigi Franco Gemma, un niño de 14 años, hijo de uno de los trabajadores del estadio.

"Nos encerramos en el vestuario con la moral por los suelos. Sabíamos que ya no podíamos hacer nada más y que, como todo nos había salido tan mal, el chico no iba a sacar la papeleta con nuestro nombre", declaró Escudero, autor del tanto del empate de España. "Y, cómo no, sacó la de Turquía. La decepción fue tremenda. Nos sentimos impotentes. Fue dramático".

De este modo, Turquía se clasificó por primera vez para una Copa Mundial de la FIFA.

Según la normativa de entonces, Turquía se enfrentó dos veces a la República Federal de Alemania, pero no contra Hungría, primera de grupo. El combinado turco quedó encuadrado en el mismo grupo que las dos selecciones finalistas del torneo.