jueves 28 septiembre 2017, 17:37

El obús de Haan que tumbó a Italia

  • En la foto, Arie Haan celebra el pase de Países Bajos a la final de Argentina 1978

  • Con su espectacular golazo desde lejos, Haan rubricó el triunfo de los Oranje

  • Michels: “A los jugadores holandeses se les anima a disparar”

Si uno piensa en las selecciones holandesas de los años 70, lo más probable es imaginarse el juego fluido y elaborado que suele asociarse mayormente con el ‘Fútbol total’.

Pero aunque fuesen expertos en controlar y acariciar el balón, esos jugadores neerlandeses tampoco eran reacios a pegarle un simple zambombazo a la antigua usanza. Y esa táctica solía resultarles igual de eficaz. "Marcamos algunos goles realmente bonitos en esos Mundiales", reflexionaba Rinus Michels más tarde. "Creo que es porque a los jugadores holandeses se les anima a disparar y, por supuesto, en esos equipos teníamos a algunos hombres que le pegaban magníficamente al balón".

Los remates lejanos fueron un elemento que predominó especialmente en la campaña de los Oranje en la Copa Mundial de la FIFA 1978, y su estrella en ese aspecto fue, sin lugar a dudas, Arie Haan.

El mítico centrocampista del Ajax y del Anderlecht era famoso por su polivalencia; y podía vérsele destacando en defensa, en ataque y en las tareas tanto defensivas como creativas en la medular, ya fuese con su club o con su país. Pero tal vez se le recuerde sobre todo por sus fulminantes disparos, y el más famoso de todos lo ejecutó en el triunfo por 2-1sobre Italia que aupó a los holandeses hasta su segunda final mundialista seguida.

Marcar desde casi 40 metros ya era suficientemente extraordinario; pero batir a un guardameta de la categoría de Dino Zoff desde esa distancia garantizó a ese gol un lugar en la leyenda de los Mundiales.

Esta foto inmortaliza a Haan celebrando aquella victoria y el gol que la rubricó; y el hecho de que mostrase dos dedos alzados resultó significativo en un par de sentidos.

Al fin y al cabo, Países Bajos había vencido a los Azzurri gracias a dos cañonazos lejanos, obra del propio Haan y de Ernie Brandts (el jugador que le rodea con su brazo). Pero el versátil jugador holandés también podría haber querido indicar que se trataba de su segundo gol de ese tipo, pues ya había metido dentro otro espectacular envío lejano en el anterior partido de su selección, contra los eternos rivales de la República Federal de Alemania.

En cualquier caso, Haan se marchó de Argentina habiendo dejado escapar otra vez el título, pero con su lugar como icono mundialista consolidado y garantizado.

¿Sabías que…? El Museo del Fútbol Mundial de la FIFA en Zúrich tiene una sección dedicada a cada edición de la Copa Mundial de la FIFA. Este es el aspecto que presenta la muestra de 1978.