domingo 06 marzo 2016, 10:14

Jonathan y su antídoto contra la mala suerte

Millones de niños en el mundo comparten un sueño: triunfar como futbolistas. Sin embargo, para lograrlo hay que salvar innumerables obstáculos. Se necesita talento, dedicación, disciplina y aprovechar las oportunidades cuando se presentan. Por eso, sólo un puñado de esos niños consiguen hacer realidad el sueño.

Llegar a esa élite es sólo el primer paso. Luego hay que seguir trabajando y luchando. Algunos futbolistas, aún con todas las cualidades necesarias, tienen un enemigo extra: un destino empeñado en impedirles triunfar. Tal parecía el caso de Jonathan Dos Santos, frustrado por la mala suerte al inicio de su carrera.

Pero todo veneno tiene su antídoto y el internacional mexicano lo ha encontrado. ¿Sus ingredientes? “Paciencia y trabajo”.

Condiciones perfectas, circunstancias difíciles “¡Es difícil encontrar a alguien que haya tenido más mala suerte que yo en el fútbol!”, admite entre risas el mexicano en su charla con FIFA.com. “Obviamente, tenía muchas condiciones a favor: mi club, mi familia… y eso permitió que siempre mantuviera la confianza, pero a veces sí me preguntaba por qué me pasaban a mí siempre estas cosas”.

Recapitulemos. Hace unos años, Jonathan Dos Santos era considerado una de las grandes perlas de la cantera del FC Barcelona. Con gran técnica individual y visión de campo, el mediocampista parecía tener las condiciones perfectas para triunfar en junto a Xavi y Andrés Iniesta.

Sin embargo, cada vez que estaba listo para dar el salto, el destino se empeñaban en hacerle caer. El primer golpe fue su descarte de última hora de la selección mexicana juvenil que se preparaba para disputar la clasificación para la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA República de Corea 2007.

Más cruel fue su salida del equipo absoluto a las puertas de Sudáfrica 2010. Jonathan fue el último jugador en abandonar la concentración antes de que el Tri partiera a tierras africanas. ¿Brasil 2014? Se lo perdió por una lesión.

“Fue durísimo. Tenía la ventaja de ser joven, pero si me llega a suceder ahora mismo no sé que pasaría. Hubo que tener mucha paciencia y contar con la ayuda de mi familia, de amigos, de compañeros...”, recuerda el pivote de 25 años sobre aquellas experiencias.

La lesión, una rotura de ligamentos en la rodilla derecha, no sólo le impidió disputar su primera Copa Mundial de la FIFA, sino también sentenció su salida del Barcelona, justo cuando las puertas del equipo titular estaban a punto de abrirse. “Tata Martino contaba conmigo en el momento que sucedió. Por desgracia esas cosas pasan en el fútbol, es algo que no le deseo a ningún jugador”, afirma con cierta amargura.

El antídoto Contra todo pronóstico, fue justamente ahí donde empezó la redención. Atraído por su talento y pedigrí, el Villarreal apostó por él, y dos años y 39 partidos después, las circunstancias son totalmente distintas.

“Sabía que debía ir a un equipo con un estilo similar al Barcelona. Aún así, cuando llegué, apenas volvía de la lesión y, siendo sinceros, me costó mucho. ¡Me llegaba el balón y no sabía qué hacer con él! Pero siendo fuerte de cabeza, te acostumbras al nuevo entorno y hoy estoy feliz”, asegura.

Su buen momento individual ha ayudado al Submarino Amarillo a convertirse en la gran revelación de la liga española. Y eso ha espoleado las ambiciones colectivas y personales de Jona. “Estamos cuartos en la liga, en octavos de final en la Europa League, y queremos más. En mi caso, cuando salí del Barcelona les dije a mis papás que me daba un máximo de dos años para consolidarme e irme a uno de los clubes de élite en Europa. El Villarreal siempre ha sido un escaparate para muchísimos jugadores, y quiero seguir aprovechando al máximo esta oportunidad”.

Sueños tricolores La asignatura pendiente sigue siendo México. Jonathan regresó al Tri pero, pese a su gran temporada, sumar ya 18 internacionalidades, y ser fundamental en el título de la Copa Oro 2015, el mediocampista aún no tiene el reconocimiento popular de otras estrellas de su selección.

“No sé por qué no se habla tanto de mí, ¡quizá ahora tenga que meter goles en todos los partidos! (risas). Tal vez sea por mi posición que no se refleja en las estadísticas. Yo soy feliz si se reconoce mi trabajo, pero tener la confianza de mi club es suficiente para estar tranquilo”, opina.

Confianza y trabajo. Dos Santos sabe que el reconocimiento llegará a su debido tiempo, y no se preocupa por las eternas comparaciones con su hermano mayor Giovani. “Yo siempre me fijé en él. Es mi modelo a seguir. Y también un estímulo. Cuando la gente decía ‘ahí va el hermano de Giovani’, yo pensaba, ‘voy a intentar cambiarlo como sea’. Y ahora con el trabajo, con el esfuerzo, ya me conocen como Jonathan, ¡de hecho ahora él le dicen ‘el hermano de Jonathan’!”, afirma con una carcajada.

Convaleciente por una lesión muscular que le impedirá jugar los próximos compromisos de México en la eliminatoria para Rusia ante Canadá –la mala suerte que se niega a desaparecer del todo-, Jonathan finaliza la charla mostrando su plena confianza en El Tri. “Esta es la ‘buena generación’. Cada vez hay más jugadores en Europa, es la mejor camada de mexicanos en la historia. Esta selección puede hacer cosas grandes”.