lunes 07 septiembre 2020, 07:23

Matías Viña: "Trabajar para mantenerse y llegar al Mundial"

  • Es una de las apuestas jóvenes de Tabárez en Uruguay

  • Terminó el 2019 como titular en la defensa charrúa

  • Hoy espera afirmarse en las eliminatorias para Catar

Si nos olvidamos de dónde venimos, no sabemos hacia dónde vamos”.

La frase que encabeza su cuenta de Twitter dice mucho de Matías Viña, este uruguayo de 22 años que aspira a consolidarse como el lateral izquierdo de la selección charrúa.

Viña, con historia en la sub-20, pero sin convocatorias para la absoluta hasta entonces, debutó en septiembre de 2019 en un amistoso internacional ante Costa Rica. Ese día se ganó la titularidad para los cinco partidos siguientes que cerraron el año.

“A mí todo me pasó muy rápido, por eso siempre tengo presente esa frase que encontré en 2016, para no olvidarme de mis raíces”, explica a FIFA.com.

Raíces que moldeó con gran influencia de su madre y su abuela en Empalme Olmos, una pequeña localidad a 40 kilómetros de Montevideo. Por eso priorizó durante un tiempo el estudio por encima del fútbol. Una decisión que no lamenta, aclara, a pesar de marcar el inicio de su carrera cuando apareció la oportunidad de Nacional.

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“Llegué al club de grande, con 17 años y poco camino para recorrer hasta primera. No fue fácil. Para colmo me quebré la clavícula y no jugué los primeros seis meses”, relata el actual futbolista del Palmeiras de Brasil.

“En 2017 se dieron muchas cosas... Me llamaron de la selección sub-20, salimos campeones del Sudamericano tras 36 años, debuté en primera y fuimos cuartos en el Mundial sub-20 de Corea”, recapitula.

En el Sudamericano Sub-20 actuó de zaguero central y anotó un gol clave, ante Brasil por la fase final: en el descuento, pasó al ataque, bajó un pelotazo de 30 metros con la zurda y definió sutilmente ante la salida del arquero para que Uruguay ganase 2-1.

Ahí empezó a cambiar todo, porque aún no había debutado en Nacional y solo me conocían en mi pueblo. Pero ese gol me dio una exposición linda, sí, pero que me costó aprender a manejar. Todavía hoy me cuesta”, admite.

De la frustración a la selección

Pero no todo salió como suponía. “Tenía muchas expectativas para 2018, pero no me tocó jugar en el club mientras otros de chicos del sub-20 se consolidaban en sus equipos o se iban al exterior”, recuerda Viña, quien en Corea tuvo de compañeros a Federico Valverde y Rodrigo Betancur, por citar a algunos.

"La verdad, hasta pensé en largar, pero mi madre que dijo que siguiera peleando por el sueño. Entonces cambié el enfoque, asumí que si no jugaba era por algo y redoblé el esfuerzo pensando en el futuro”.

Viña no tardó en ver los resultados. Aguerrido pero ordenado, rápido para los cierres y criterioso para pasar al ataque, se afianzó en la primera de Nacional, donde ganó los títulos a costa de Peñarol.

Aún así, la primera convocatoria de Tabárez llegó en agosto y lo tomó por sorpresa. “No me la creí hasta que me llamó el delegado de la selección. Uno sueña, pero lo ve un poco lejos jugando en Uruguay. Cuando vi a mis compañeros por primera vez fue una locura: ¡a varios venía viéndolos por tele en los últimos tres Mundiales!”.

Viña entró por Diego Laxalt ante Costa Rica, pero cuando Tabárez le confirmó que sería titular contra Estados Unidos, le ganaron las emociones. “Yo me pongo nervioso antes de cualquier partido, imagínate este. Por eso el día antes solo le llamé a mi madre, y le pedí que no le avise a nadie”, rememora.

“Ella para calmarme me mandó una foto con mi hermano festejando el día que le ganamos a Ghana en el Mundial de Sudáfrica. ¡Me metí en el baño a llorar, no aguanté la euforia!”, agrega sin pudor.

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Las eliminatorias en la mira

Tras cerrar el 2019 con una buena actuación marcando a Messi en un amistoso que terminó 2-2, Viña pasó en enero de 2020 al fútbol brasileño, la meca de los laterales. “Probarme acá también sumó para decidirme a venir, y me está yendo bien”, reconoce Mati, quien en julio tuvo una fisura de cráneo por ir a trabar una pelota casi perdida. Hoy, los hinchas del Palmeiras adoran una réplica de la máscara con la que debe jugar.

Aún así, admite que la COVID frenó el envión que traía de cara a las eliminatorias para Catar 2022. “Lo siento, porque venía siendo llamado y este parate ya me quitó el sueño de jugar la Copa América”.

Consultado sobre la sensación de que Uruguay debe aspirar a la clasificación directa, no se esconde. “Yo no viví una eliminatoria, Copa América o un Mundial de mayores desde adentro, pero acepto que hoy, en Sudamérica, somos una selección fuerte. Habrá que demostrarlo”.

También admite sentirse parte del proceso actual. “Si preguntabas en 2018, ¿te ves ahí? Obviamente te decía que no. Pero hoy tengo la posibilidad y está claro que se vive diferente. Ahora queda trabajar para mantenerse y después llegar al Mundial. Yo pienso que puedo estar”.

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Matías Viña y…

  • Sus 2 asistencias en 6 partidos con la mayor. “Hasta los 15 jugué de puntero, ¡algo me acuerdo de tirar centros o pisar el área!”.

  • Traer buena suerte. “Salí campeón en el equipo del pueblo tras 30 años, con la sub-20, con Nacional y con Palmeiras, que llevaba 12 sin ganar el estadual. ¡Que no se corte!”.

  • La camiseta de Messi. “Suárez me ayudó a cambiarla. Desde que robaron en casa de mi madre, la tengo conmigo. Ahora si jugamos y se me va, lo camiseteo tranquilo, ¡total ya tengo la mía!”.

  • Su deseo de terminar la secundaria. “No pude, porque no me daban los tiempos, pero lo haré. Por mí y por mi familia, que se sacrificó para que hiciera ambas cosas”.

  • Qué le gusta además del fútbol. “Estar en familia y ver a mis amigos… Siempre preferí hablar con mi madre o ver una película con mi abuela que salir a bailar”.