miércoles 12 junio 2019, 01:18

Moreno Martins, el boliviano más brasileño ante la Copa de sus sueños

  • El delantero, expectante con esta Copa América por su relación afectiva con Brasil

  • "Jugar en Brasil y contra Brasil… Es la Copa de mis sueños", dice a FIFA.com

  • Habla de sus sentimientos ante el torneo y sus ambiciones mundialistas con Bolivia

Marcelo Moreno Martins está a pocas horas de uno de los más grandes momentos de su carrera. Cuando este viernes ingrese al campo del estadio Morumbí para jugar con Bolivia ante Brasil la apertura de la Copa América Brasil 2019, las sensaciones van a ser como hormigas hambrientas recorriendo su cuerpo.

Con 31 años, está a apenas 3 goles de alcanzar a Joaquín Botero como máximo goleador (20) de la historia de la selección boliviana. Una manzana a la que sin dudas quiere hincarle el diente, pero la noche de São Paulo va a ser mucho más que la ambición por un récord: va a ser un resumen de su vida, de su ADN.

"Jugar en Brasil y contra Brasil… Es la Copa de mis sueños. Mi mujer es brasileña, mi papá es brasileño, jugué y fui goleador en la selección brasileña juvenil, juegué en varios clubes brasileños. Tengo muchas cosas que me involucran a Brasil, le tengo mucho cariño. Fue el país que me abrió las puertas en el fútbol".

Nació en Santa Cruz de la Sierra, pero de pequeño se mudó a Brasil. Su talento como delantero lo llevó a jugar dos torneos de juveniles con la verdeamarela. En los dos salió goleador.

"Haber jugado en la selección brasileña siendo extranjero es muy muy difícil. Si miras la historia hay muy pocos. Es un regalo que le pude hacer a mi papá".

Tenías opciones de llegar a la selección mayor. A la distancia, ¿has encontrado una razón diferente a la que te decidió en 2007 a aceptar el ofrecimiento de Bolivia? Muchas veces me pregunté esto. Y no me arrepiento porque si hoy soy quien soy fue por la selección boliviana. Estoy muy agradecido por ese protagonismo que me dieron. Y para mí es lo máximo por más que no sea una selección de la trascendencia de Brasil o de Argentina. Yo sé que tenía condiciones para pelear un puesto en una Copa del Mundo con Brasil, pero todo llegó muy rápido y tuve que decidir. Ellos me ofrecieron un proyecto, pensaron en mí. Hoy me miro al espejo y creo que tomé la decisión correcta.

¿Qué tienes de brasileño y qué de boliviano? Yo me siento mitad y mitad por mis raíces. Mi mentalidad es brasileña, la calidad con la que me enseñaron a jugar al fútbol la aprendí de mi padre brasileño y de estar en Brasil. Mi fuerza, mi voluntad, las ganas de vencer vienen de Bolivia. Es todo lo que me hace ser el jugador que soy.

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¿Cuántas veces jugaste en tu mente el partido del viernes? Desde que supe que iba a ser Brasil. Esta Copa América ha sido mi motivación día a día para mostrar mi mejor versión. El Morumbí es un estadio vibrante y me lo estoy imaginando ahora. Veo a mi familia, muchas banderas de Brasil, de Bolivia, la adrenalina del hincha brasileño. Imágenes que me guardaré para siempre. También quiero dejar la imagen del fútbol de China en buen nivel. He estado ahí 5 años y he aprendido mucho, nunca fui tan disciplinado. Me he preparado muy bien física, mental y técnicamente para partidos grandes.

¿Para qué objetivos está Bolivia en la Copa América? Es una selección muy nueva, con un mix de jóvenes con muy poca experiencia. Son 4 jugadores experimentados entre los 23. Será un torneo para tener roce, para preparase para las Eliminatorias de Qatar. Se está haciendo todo para hacer una selección sólida, no sólo para ganar en casa sino también sumando de visitante. Son los puntos que te hacen ir a un Mundial.

Pero el equipo no ha sido constante. Tiene picos de rendimiento que no puede mantener. No tenemos muchos referentes y eso cae sobre los jugadores jóvenes, que necesitan referentes en Europa que loa ayuden a salir. En Bolivia la pobreza es muy grande, no tenemos tantos recursos como otros. Y hay que pelear con lo que tenemos. Se necesita trabajar mucho desde inferiores para poder tener jugadores que puedan rendir y que la selección se vuelva regular.

En el corto plazo, ¿cómo se compensa la distancia con el resto? Como se está haciendo ahora, intentando encontrar jugadores que puedan vestir la camiseta, dándoles partidos. Desde finales del año pasado se vienen haciendo las cosas muy bien. Hemos jugado contra [República de] Corea, Japón, Francia... Hay jugadores que nunca jugaron contra esos equipos o que debutaron contra ellos. Y les va a servir mucho. En Bolivia hay muchos jugadores de calidad pero falta vitrina, faltan oportunidades de que los jugadores vayan a una Liga más competitiva.

¿Tu aporte cuál debe ser? Tengo 31 años y estoy a tres goles de ser el máximo goleador histórico. Tengo mucho para dar todavía. Mi gran objetivo es poder llevar a Bolivia a un Mundial. Sé que luchar contra Brasil y los grandes del continente es muy difícil, pero sé que se puede dar. Y yo quiero estar presente, quiero dar ese regalo a mi país. Ojalá que el de Brasil sea un partido que inicie un proceso de suerte para Bolivia. Tiene que ser nuestro partido clave, tenemos que jugarnos la vida. Esperemos que estemos en un día especial y pueda hacer un gol.

¿Se grita o no se grita si se da? ¡Claro! ¡Se grita mucho! No es fácil hacerle un gol a una selección así.