martes 05 abril 2016, 08:39

N’Kono: "Sabíamos que Higuita arriesgaba"

Thomas N’Kono es uno de los guardametas africanos más grandiosos de la historia. El camerunés defendió con brillantez la portería de los Leones indomables en las Copas Mundiales de la FIFA 1982 y 1990, antes de vivir desde el banquillo la eliminación de su selección en la primera fase de la edición de 1994.

Sus actuaciones en España 1982, donde solamente encajó 1 gol en 3 encuentros, le abrieron las puertas de Europa con el Espanyol de Barcelona. Allí jugó la mayor parte de su carrera, en el mismo club donde actualmente ejerce como entrenador de porteros.

Pero fue en Italia 1990 donde, tras contribuir a la histórica cabalgada de su selección hasta los cuartos de final, el dos veces Balón de Oro africano se convirtió en un mito, inspirando incluso su vocación a Gianluigi Buffon. Así nos lo recordaba en la primera parte de esta larga entrevista concedida a FIFA.com, de la que ahora ofrecemos la segunda entrega, dedicada a sus recuerdos de la máxima competición futbolística.

¿Qué ambiciones tenía Camerún al llegar a España en 1982, su primera participación en un Mundial

Queríamos mostrar un rostro diferente en relación a las selecciones africanas que nos habían precedido, y lo conseguimos. Nuestro equipo estaba alcanzando una cierta madurez, pues llevábamos diez años jugando juntos. Acudíamos con una gran experiencia. Comprendíamos el juego, y queríamos llegar lo más lejos posible. Cuando Jean Vincent llegó al puesto de seleccionador, trató de preparar bien al equipo en el plano táctico. Éramos dominadores en África y siempre salíamos a buscar buenos resultados, pero no estábamos muy bien organizados. Hubo que poner orden para responder a las exigencias de la Copa Mundial.

¿Lamentó mucho el equipo despedirse del campeonato en la primera fase tras haber permanecido invicto en tres encuentros, el último de ellos contra la futura campeona mundial, Italia?

Sobre todo lamentamos mucho el empate contra Polonia (0-0), porque podríamos haber metido al menos dos o tres goles. Y si hubiésemos tenido más osadía contra Perú, podríamos haber logrado un mejor resultado (0-0). Nos faltó experiencia para atrevernos a intentar cosas a ese nivel y mostrar plenamente nuestras cualidades en ataque.

Esa experiencia cambió su vida, pues le permitió venir a jugar a Europa…

Sí, incluso me llamaron para participar en el partido que enfrentaba a Europa contra el Resto del Mundo en Nueva York, en el mes de agosto. Inicialmente tuve contactos con el Racing de Santander, pero el traspaso no pudo cerrarse por un problema con el contrato. Luego tuve otras tres propuestas: una del Espanyol, una del Fluminense y otra del Flamengo. Le dije a mi mujer: “nos vamos con la primera oferta”, y, gracias a Dios, fue la del Espanyol la que llegó primero. A partir de ahí empezó todo para mí.

Usted fue un pionero, pues ningún portero africano tuvo un éxito como el suyo en aquella época. ¿Tuvo la impresión de que estaba haciendo evolucionar la mentalidad de sus pares?

Era el primer portero africano que jugaba en España, es verdad. Pero sobre todo, era un extranjero que debía demostrar su valía como cualquier jugador, europeo o de donde fuese. No era fácil hacerse un sitio; había que estar a un nivel muy alto para lograrlo. Pero gracias a mi rendimiento, convencí a todo el mundo.

¿Cómo afrontó el Mundial de 1990?

Fuimos con una mezcla de jugadores profesionales y aficionados. Estos últimos tuvieron un periodo de preparación mucho más largo. Los otros llegamos después, con toda nuestra experiencia acumulada en el extranjero durante siete u ocho años. Entre todos cuajamos una mezcla muy buena.

El equipo arrancó el campeonato con un éxito escandaloso, venciendo a Argentina por 1-0. Su seleccionador de entonces, Valeri Nepomnyashchy, afirmaba recientemente a FIFA.com que los argentinos cometieron el error de subestimar a Camerún…

Recuerdo que, el día del partido inaugural, no podíamos calentar en el campo, sino en la sala de calentamiento. Fuimos los primeros en llegar y, cuando entraron los argentinos, se pusieron a azuzarnos y a decirnos que nos largásemos. Empezaron a cantar, pero nosotros nos pusimos a cantar mucho más fuerte que ellos. Al final, prefirieron abandonar la sala, y pienso que ésa fue la clave, y que ahí les sacamos ventaja psicológicamente.

¿Cómo vivió aquel encuentro?

El día del partido, cinco horas antes no sabía que iba a jugar. Era Joseph-Antoine Bell quien debía jugar, pero fue excluido por unas declaraciones que hizo sobre el equipo, diciendo que no habíamos hecho una buena preparación. Afortunadamente, yo sí estaba bien preparado, a pesar de esa sorpresa. Justo antes del encuentro, me preparé solo en el vestuario, como un boxeador, y me salió un partido casi perfecto. Maradona, a quien ya me había enfrentado en la liga española, vino a hablar conmigo al descanso, porque le había sorprendido mi alineación…

En el choque de octavos de final contra Colombia, el portero rival, René Higuita, cometió un error que aprovechó Roger Milla para marcar el gol que sentenció la victoria. ¿Qué sintió al ver a un colega cometer un error así?

Sabíamos que tenía esa filosofía de jugar siempre adelantado; que jugaba un poco de líbero y que a veces corría riesgos. [Higuita] no conocía demasiado a Roger, que era muy astuto en ese tipo de situaciones y que supo aprovecharlo. Roger era muy observador, y sabía que seguramente se encontraría en una situación semejante. Personalmente, estaba muy metido en mi campeonato y sólo me importaba el resultado, así que no tuve tiempo de consolar a mi adversario. Estábamos tan sorprendidos de estar en cuartos de final… Solamente después tuve tiempo para volver a pensar en la jugada y compadecerme… A veces es difícil ser el guardameta de tu equipo. Después volví a cruzarme con él en la liga española, pero no volvimos a hablar del tema porque era un recuerdo muy amargo para él.

A continuación, Camerún cayó eliminado en cuartos ante Inglaterra, por un 2-3 tras la prórroga pese a haber ido ganando 2-1 a siete minutos del final. ¿Qué le faltó al equipo para haberse impuesto?

Nos faltó experiencia. Teníamos cuatro suplentes en el campo en lugar de los titulares habituales, que estaban sancionados. Quieras que no, eso influye en una competición. Tratamos de marcar el tercero, pese a que teníamos la victoria en nuestro poder… Es en esos momentos cuando la experiencia es importante. Personalmente, yo quería contemporizar y retener el balón al máximo para ganar tiempo, pero los ingleses lo captaron bien, y nos presionaban para obligarme a despejar.

Usted ya se había enfrentado a Gary Lineker cuando el inglés estaba en el Barça, entre 1986 y 1989. ¿Tuvo eso alguna repercusión en las dos veces que le batió desde el punto penal, en los tantos del 2-2 y el 3-2?

En el primero, sabía a qué lado iba a tirar Lineker, que abriría el pie y tiraría a mi izquierda. Pero en el último momento, pensé que él sabía que yo lo sabía, y que cambiaría. Por consiguiente, me lancé al lado malo. En el segundo, me tiré a mi izquierda y él lanzó al medio…

Los Leones indomables vienen de sufrir una debacle en Brasil 2014. ¿Cómo se puede recuperar el nivel que tenía el equipo en su época?

Camerún está en fase de reconstrucción. Es preciso que todo el mundo ayude a tener la tranquilidad necesaria en ese tipo de periodos. No es fácil para un país que estaba acostumbrado a dominar, porque todo el mundo espera buenos resultados enseguida. Eso complica mucho el trabajo del seleccionador. Por lo que me dijeron, hubo problemas disciplinarios en Brasil. Como reza el dicho: la disciplina es la fuerza de los ejércitos. [El seleccionador] está volviendo a implantarla para que se respeten los unos a los otros.