viernes 22 mayo 2020, 01:34

Phiri, puro fuego para las Llamas

  • El fútbol de Malaui pasa por las botas de Gerald Phiri

  • Fue decisivo en la ronda previa africana de Catar 2022

  • Lleva el nombre de su padre, figura de peso en el fútbol malauí

Malaui nunca ha participado en una Copa Mundial de la FIFA™. Sin embargo, cada cuatro años, la esperanza de conseguirlo renace cuando comienza la competición preliminar de la zona africana para la gran cita.

Y así ha sido de nuevo con motivo de la fase previa de Catar 2022. Las Llamas han superado el escollo de la ronda preliminar al vencer por 1-0 a Botsuana en el cómputo global de su eliminatoria, y arden en deseos de llegar ahora más lejos.

“Es un sueño, claro, y no hay nada imposible. Tenemos calidad y todas las opciones de conseguirlo”, afirma a FIFA.com Gerald Phiri, autor del único gol de los suyos en la doble confrontación ante las Cebras.

“Pero tampoco nos dejamos llevar por ningún tipo de presión. Estamos atravesando un proceso de aprendizaje. El equipo es joven, hay que tener paciencia e ir madurando”.

Una llama de esperanza

Phiri habla con conocimiento de causa. Apenas tiene 26 años, pero es el segundo capitán de la selección malauí y uno de sus integrantes más experimentados. Ha acumulado su experiencia en la liga sudafricana, en la que compite desde 2015.

“Poder jugar allí es una gran oportunidad, y más aún para un futbolista procedente de Malaui, donde el nivel es más bajo. Valoro la suerte que tengo, pero también soy consciente del trabajo que me espera para mantenerme a este nivel”, explica el centrocampista ofensivo del Baroka FC.

Y lo cierto es que Sudáfrica siempre se le ha dado bastante bien. Su primer gol vistiendo los colores de las Llamas se produjo contra los Bafana Bafana, en Rustenburgo, en 2015.

“Para mí es un grandísimo recuerdo, por supuesto”, cuenta. “Era un partido amistoso. Empecé como reserva y solo tuve 20 minutos para demostrar mi valía. Me dio tiempo a marcar en un lanzamiento de falta, me sentí muy orgulloso”, dice.

Pero el último de sus nueve goles como internacional, en cambio, ha sido más importante. Lo logró de penal, y sirvió para certificar la clasificación del cuadro malauí frente a Botsuana.

“¡También lo voy a recordar, claro! Llegó en un momento especialmente intenso: un penal señalado en el minuto 80, con las dos selecciones igualadas, en un estadio lleno hasta la bandera, en un partido con muchísimo en juego… Estaba algo nervioso”, confiesa. “¡Pero al final no vacilé!”.

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La llama que se propaga

Y como es lógico, ese tanto de penal que dio la victoria a los suyos convirtió al número 10 en un verdadero héroe nacional. Pero como buen mediapunta, Phiri apuesta por el juego colectivo.

“No sé si yo me habré labrado definitivamente un nombre con ese gol. Lo que me importa es que lo haga Malaui, en el panorama mundial. Y si ese gol puede contribuir a que lo consigamos, tanto mejor”, explica.

Tampoco puede decirse que resulte fácil labrarse un nombre cuando uno se llama Gerald Phiri. No solo porque se apellida igual que la gran leyenda malauí, Kinnah Phiri, sino porque también tiene el mismo nombre de pila que su padre, otro protagonista indiscutible del fútbol de su país y que ocupó asimismo el puesto de seleccionador, en 2017.

“Mi padre ha tenido un papel muy importante en mi trayectoria, cómo no. Me ayudó muchísimo cuando estaba empezando, y seguimos hablando mucho. Me da muy buenos consejos, que son a la vez los de un padre y los de un especialista en fútbol”, señala Gerald hijo.

“Pero no siempre ha sido fácil. Siempre se espera que el hijo lo haga tan bien como el padre… No creo que haya que hacer comparaciones. Simplemente, espero que se sienta orgulloso de mi carrera, y creo que ya lo está”.