miércoles 23 marzo 2016, 05:07

Ghoochannejhad: Políglota, violinista y delantero

“Inglés, neerlandés, persa. También me gusta hablar francés. Entiendo el alemán y he estudiado italiano. Y portugués”.

FIFA.com sigue a duras penas la exposición del delantero Reza Ghoochannejhad cuando enumera —al preguntársele— los idiomas que habla. Enseguida salta a la luz que el internacional iraní del Charlton Athletic no es un futbolista cualquiera, ya que, en paralelo a la calidad que exhibe ante las metas contrarias, cuenta con numerosas habilidades fuera de los terrenos de juego. Además de sus (al menos) siete idiomas, toca el violín.

“Es algo que quiero seguir haciendo en el futuro, no cabe duda”, afirma entusiasmado el artillero, de 28 años. “No es música clásica, en realidad. Lo que me apasiona es más la música para violín oriental. Tomé clases durante año y pico. De vez en cuando intento tocar, aunque no tengo mucho tiempo”.

Combinar la práctica del violín y el aprendizaje de idiomas con la vida de un futbolista profesional a buen seguro tiene sus exigencias, pero Ghoochannejhad lo consigue, y de una forma admirable. Es reputado por marcar goles importantes con el Equipo Melli: anotó el tanto que condujo a Irán a la Copa Mundial de la FIFA 2014™ y la única diana de su país en la cita brasileña, además de firmar un par de realizaciones memorables en la Copa Asiática 2015.

Jugador de las grandes ocasiones “Tuve mucha suerte de estar en esa situación”, señala Ghoochannejhad. “Es mi trabajo, y disfruto marcando. Y más aún al ser con mi país. Siempre estoy deseando jugar con Irán. Vestir los colores de la selección es distinto a jugar con un club. Resulta difícil de explicar, pero ya es diferente en cuanto suenan los himnos nacionales antes de los partidos”.

Y esa sensación fue para él más intensa si cabe en tierras brasileñas, donde el equipo de Carlos Queiroz terminó último de una liguilla complicada —justo es reconocerlo—, con Nigeria, campeona de África, la debutante Bosnia-Herzegovina y Argentina, futura finalista.

“De niño uno siempre sueña con jugar en un Mundial”, dice Ghoochannejhad. “Es la principal meta, porque es el nivel más alto que hay en el fútbol. Volvimos a nuestro país orgullosos, y en Irán todo el mundo quedó satisfecho. Incluso después , en Irán la gente sintió orgullo. Eso es lo más importante. En última instancia, lo hacemos por ellos. Siempre que estén contentos, nosotros también. Fue una experiencia fantástica que recordaré siempre”.

Cuando tenía 21 años, participar en un Mundial parecía algo muy lejano para Reza Ghoochannejhad, que dejó el fútbol para concentrarse en sus estudios en los Países Bajos. Se crio allí después de que su familia llegase siendo él niño, y pasó años en las canteras del Cambuur y el Heerenveen. También llegó a actuar con las categorías inferiores de la selección neerlandesa, aunque estaba dispuesto a abandonar su incipiente carrera futbolística para estudiar derecho. Sorprendentemente, quien lo convenció para volver a calzarse las botas fue el legendario Marc Overmars, que en aquella época formaba parte del cuerpo técnico del Go Ahead Eagles, equipo de la segunda división de los Países Bajos.

“En aquel momento decidí dejar el fútbol porque pensé que había otra cosa que me llamaba”, recuerda. “Empecé a estudiar, y al cabo de un tiempo Marc Overmars me convenció para retomarlo, para seguir jugando e intentar compaginar las dos cosas, los estudios y el fútbol. Le debo mucho. Estuvo dispuesto a darme tiempo suficiente, a que organizase mi propio plan de entrenamiento para poder seguir yendo a la facultad de derecho. Le estoy muy agradecido, porque desde entonces mi carrera ha ido muy bien”.

Con la mente puesta en Rusia Después de triunfar en el Go Ahead Eagles y el Cambuur, acabó recalando en Bélgica, donde empezó su relación con Carlos Queiroz, su “segundo padre”. Queiroz se fijó en él cuando jugaba allí, y recibió su primera convocatoria en 2012. Desde entonces, Gucci no ha vuelto a mirar atrás. Todo lo contrario: ya piensa en un eventual viaje a Rusia dentro de dos años.

“Tenemos un gran objetivo, que es estar allí en 2018”, asegura Ghoochannejhad, ya concentrado en el torneo. “De momento estamos invictos , eso es muy positivo. Estoy convencido de que vamos a terminar el trabajo , porque tenemos un buen seleccionador, un buen cuerpo técnico y buenos jugadores”.

Y si bien ahora mismo está centrado en los terrenos de juego, además de sus estudios de idiomas, derecho y violín, Ghoochannejhad interactúa con la apasionada afición iraní en las redes sociales. Al preguntarle sobre el uso que da a Instagram, Facebook y Twitter, responde con una sinceridad increíble.

“Tener esas cuentas es muy importante, pero no voy a mentir: en cierto modo el mundo de las redes sociales es falso”, señala. “Es algo que debo tener, por mi trabajo, pero mi vida no depende de ello. He creado esas páginas por respeto hacia los hinchas. Ésa es la principal razón, para que puedan ver un poco cómo es mi vida”.

¿Y cómo contempla el futuro —y quizás su carrera cuando cuelgue las botas— alguien con tantos talentos fuera del campo?

“¿Quién sabe?”, contesta sonriendo. “Voy a retomar los estudios, eso seguro. Quizás no la misma carrera, algo distinto, puede que relacionado con la empresa. Tengo muchas ideas, ¡no sé por dónde empezar! Es algo positivo, así uno mantiene la mente activa y se conserva joven. La gente que me conoce bien sabe que no soy solamente futbolista. Me gustaría ser algo más, ése es mi objetivo en la vida”.

Y no cabe duda de que, al menos de momento, los seguidores iraníes estarán encantados de verlo alcanzar simplemente sus metas futbolísticas.