jueves 03 diciembre 2020, 02:02

Reja: "Debemos aspirar al sueño de la clasificación"

Cuando Edoardo Reja se hizo cargo de un banquillo por primera vez, Zinédine Zidane y Pep Guardiola tenían respectivamente 7 y 8 años. Juergen Klopp tenía 12, mientras que Julian Nagelsmann, por su parte, ni siquiera había nacido todavía… Cuatro décadas más tarde, ‘Edy’ Reja, de 75 años, vive su 26ª experiencia como entrenador con una motivación todavía intacta.

Tras haber entrenado casi exclusivamente en su Italia natal, a excepción de un breve paso por el Hajduk Split croata, su último reto hasta la fecha es inédito, ya que está dirigiendo por primera vez a una selección nacional. Reja, al frente de Albania desde abril de 2019, ya la ha hecho imponerse en su grupo de la Liga de Naciones de la UEFA, y ahora sueña con clasificarla para su primera Copa Mundial de la FIFA™.

En una entrevista concedida a FIFA.com, el técnico que entrenó a equipos como Lazio, Nápoles y Atalanta de Bérgamo, entre otros, habla de sus ambiciones en el camino a Catar 2022 de cara al inminente sorteo de la Zona Europea, así como de las lecciones aprendidas en su larga trayectoria. Una trayectoria que sueña con concluir de forma apoteósica, y durante la cual nunca ha perdido su pasión.

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Edoardo, recientemente logró imponerse con Albania en su grupo de la Liga de Naciones de la UEFA y ascender a la Liga B. ¿Qué ha aprendido sobre su equipo en esa competición?

La Liga de Naciones ha sido una experiencia interesante. En esa competición, cada selección tiene una filosofía de juego diferente. Hubo que adaptarse varias veces al rival. Preparamos bien los partidos y obtuve una buena respuesta del equipo. Me gustó su adaptación a tácticas de juego diferentes y aprecié el comportamiento de los jóvenes jugadores, que demostraron su valía. Fue un auténtico placer, pues debo decir que, antes de esos partidos, tenía un poco de miedo. La escena internacional podría haber sido peligrosa para los jugadores nacidos en 1999-2000-2001, al tener tan poca experiencia. La selección nacional es siempre una responsabilidad grande y difícil. Fueron muy valientes y nos permitieron tener menos dificultades para hacer frente al gran número de ausencias debidas a la COVID-19 y a las lesiones.

Como contrapartida, ¿qué no le gustó, y qué puede mejorar el equipo antes del inicio del clasificatorio a Catar 2022?

No me gustó el hecho de que, tras un marcador favorable, no manteníamos la concentración ni la determinación. A este nivel no está permitido relajarse y bajar la concentración, porque entonces no das el máximo, y hasta el rival más débil puede golpearte. Estando relajados, no somos lo bastante agresivos para lograr un buen resultado. Nos vimos incluso en dificultades contra Bielorrusia, cuando encajamos un gol estúpido justo después de haber marcado el segundo. Si queremos crecer y mejorar, debemos mostrar una mayor atención y estar mucho más concentrados.

Albania se clasificó para la Eurocopa 2016, pero no refrendó esa proeza para el Mundial de 2018 y la próxima EURO. En el camino hacia Catar 2022, ¿es realista aspirar al billete mundialista?

Demostramos que éramos una selección competitiva. Nuestra ambición es mejorar todo lo que se pueda. Debemos aspirar al sueño de la clasificación porque hay que creer en tus objetivos. Si este equipo está convencido de sus posibilidades y me obedece, puede obtener grandes resultados. Nuestra trayectoria vendrá determinada también por el sorteo, pero los sueños pueden hacerse realidad. Si no creemos en ellos, no podemos conseguir grandes cosas.

Por lo que ha visto del fútbol albanés en estos dos años, ¿cuál es su potencial, y qué mejoras puede aportarle?

El fútbol albanés está en constante crecimiento y se debe reconocer el trabajo de la Federación Albanesa; especialmente su inversión en infraestructuras y el aumento de las capacidades humanas y profesionales. He asistido a muchos partidos y el nivel es bueno, pero, por supuesto, el aspecto táctico debe mejorarse. En relación a la mentalidad, los planteamientos de juego y el aspecto físico, queda mucho por hacer.

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¿Qué le hizo aceptar este reto con una selección nacional tras haber pasado toda su carrera entrenando a clubes?

Tengo una larga trayectoria como entrenador –41 años ya–, y pienso haber tenido todo lo que quería en el fútbol de clubes. He llegado al límite… pero no en la motivación ni la ambición. Empecé con equipos modestos y, progresivamente, fui pasando a equipos más grandes. Debo decir la verdad: siempre he obtenido los resultados previstos; nunca he fracasado. Era el momento de decir basta. Quería dirigir a una selección nacional, pues era la única pieza que faltaba para completar mi puzzle futbolístico.

Cuando me llegó la oferta de Albania, la acepté con mucho entusiasmo. Quería conocer el sentimiento de una selección, sus problemáticas; ya que, evidentemente, no es lo mismo con los clubes, donde los jugadores están siempre a tu disposición. En una selección, solamente dispones de una semana o diez días para entrenar, y debes tener la capacidad de ver rápidamente quién está en forma y quién no. Es una experiencia estimulante.

Ha trabajado a menudo con equipos ‘pequeños’ a los que ha hecho progresar mucho. ¿Es un reto más interesante que hacerse cargo de un equipo grande?

En mis comienzos, tenía la ambición de entrenar a equipos grandes como el Inter o la Juventus. Pero no he entrenado a equipos “pequeños”. He entrenado a equipos que descendieron a la Serie B o que tuvieron grandes dificultades en la Serie A. Bolonia, Genoa, Verona, Cagliari… Estos equipos tenían un cierto nivel, pero atravesaban por un periodo complicado. Dondequiera que he entrenado, he cumplido los objetivos.

He subido 4 veces de la Serie B a la Serie A. Hice progresar al Lazio y al Nápoles, al que clasifiqué para la Copa de la UEFA, lo cual fue toda una hazaña. He disfrutado extraordinariamente, y espero que este largo viaje concluya con Albania. ¿Por qué no llevarla al Mundial, o al menos a la Eurocopa de 2024?

Durante su larga carrera, ¿ha habido cosas de las que se arrepienta o no esté especialmente orgulloso?

No tengo nada que lamentar, porque esta vida me lo ha dado todo. He desempeñado un trabajo que me gustaba. Jugué como futbolista al máximo nivel, y luego empecé a entrenar. He hecho muchos sacrificios, pero siempre me ha encantado este trabajo. Sigo teniendo el mismo entusiasmo que en mis comienzos. Siempre he amado este deporte, y sigo estando ahí pese a mi edad. Tengo un espíritu joven y me siento fuerte.

Mi mayor éxito fue el recorrido con el Nápoles de la Serie C a la Serie B, y luego a la Serie A y a la Copa de la UEFA; todo eso en tres años. Fue una estancia de tres años en el paraíso del fútbol, con un tremendo entusiasmo de todos los napolitanos, y la forma en la que viven el fútbol. Me siento afortunado porque he ejercido el oficio que siempre he amado, y no tengo nada de lo que arrepentirme en todo lo que he hecho.

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Durante esas cuatro décadas ha entrenado a cientos de jugadores. ¿Cuáles son los que más huella le han dejado?

¡No puedo calcular la cantidad de entrenadores y de jugadores con los que tengo una excelente relación y me siguen llamando! ¡Así que tengo que hacer una larga lista! (risas) He entrenado a grandes jugadores como Andrea Pirlo o Miroslav Klose, que disputó cuatro Mundiales y es el máximo goleador en la historia de la competición. Tenía una excelente relación con él; un jugador inteligente y genial. En el Nápoles trabajé con Marek Hamsik, Ezequiel Lavezzi… ¿Cómo puedo quedarme con un solo nombre, dado que siempre he tenido una buena relación con numerosos jugadores?

Hace 60 años abandonó su domicilio y comenzó su aventura futbolística. ¿Puede imaginar dónde y cuándo terminará este viaje?

Siempre ha sido mi vida. Mi pasión morirá conmigo, porque nací ligado al balón. Adoro el balón; me ha acompañado toda mi vida y me ha procurado una satisfacción inmensa.