jueves 13 agosto 2020, 09:25

Song: "Es posible Igualar a la generación del 90"

  • Fue parte de la generación dorada camerunesa

  • Jugó 4 Mundiales y tiene el record de más partidos

  • "Camerún tiene que estar en el Mundial", dice

Rigobert Song solamente tenía 17 años cuando disputó su primera Copa Mundial de la FIFA con Camerún. Cuatro años después de haber visto por televisión la épica andadura de los Leones indomables hasta los cuartos de final de Italia 1990, el joven jugador vivía un sueño despierto al ser aupado a la titularidad en medio de sus ídolos; una aventura que iba a abrirle las puertas de Europa y a impulsar una carrera excepcional.

Cuando vio una tarjeta roja en el segundo partido de la fase de grupos contra Brasil (futuro vencedor en esa cita de Estados Unidos 1994), el defensa no imaginaba que tendría la oportunidad de disputar tres ediciones más (en 1998, 2002 y 2010), entrando en el selecto club de los cameruneses que han disputado 4 citas mundialistas, junto a Jacques Songo’o y Samuel Eto’o.

En una entrevista para FIFA.com, el hombre que ostenta el récord de internacionalidades con su país (137) repasa sus recuerdos más destacados de los Mundiales, y nos da su opinión sobre los Leones indomables de hoy.

Rigobert Song, ¿cuál es su recuerdo más antiguo de los Mundiales?

El primer Mundial que pude ver fue el de 1990. Fue en una televisión en blanco y negro. Éramos muchos ante una pequeña pantalla para no perdernos ningún momento de esa gran cita; con una atención y un interés singulares cuando jugaban los Leones indomables. Con cada victoria, se desataba la euforia colectiva por todas partes. Son momentos inolvidables.

Me marcó personalmente el Camerún-Argentina. Para mí fue un partido antológico. Antes del saque inicial, ya estaba asustado como aficionado. Sobre todo cuando, en el momento del sorteo entre los capitanes, Maradona se puso a hacer malabarismos con los pies, los hombros y la cabeza. Pese a las dos tarjetas rojas, ganamos el partido con ese golazo de Omam Biyik. Un gol para la historia…

Fue alucinante ver a nuestros predecesores demostrando a los ojos del mundo que el fútbol era universal. Ahí es donde adquirí consciencia de lo que representaba la Copa Mundial. Y qué decir de todo ese equipo… Difícil resaltar a un solo jugador. Para el resto del campeonato, la máquina se puso en marcha. Roger Milla y sus goles… ¡Increíble!

¿Qué sintió cuando, más tarde, se incorporó a ese equipo?

Es un recuerdo inolvidable. Cuando fui preseleccionado con los Leones indomables, entre los que me habían hecho soñar en 1990, me dije a mí mismo: “Dios… estoy con monumentos y es probable que juegue un Mundial. ¡Con 17 años!”. No olvidaré jamás la alegría que sentí cuando disputé mi primer partido mundialista. Mi sueño de crío se cumplió. Lo tendré grabado toda mi vida.

En 1994, Roger Milla se convirtió en el goleador de más edad en un Mundial. ¿Qué tenía de especial ese jugador a su modo de ver?

De entrada, para mí la edad es irrelevante en el fútbol. A mí me gusta hablar de rendimiento, de experiencia y de madurez. Roger Milla es un monumento para mí. Antes de llegar al Mundial, jugábamos juntos en el Tonnerre Kalara Club de Yaundé. Puedo decir que tener que marcarle en los entrenamientos y beber de sus consejos me permitió aprender y crecer muy deprisa. Él no necesitaba correr demasiado para ser eficaz. Tenía un sentido de la colocación extraordinario. Su experiencia y su madurez siempre marcaban la diferencia. Roger Milla para mí, más allá de ser un referente como alguien mayor, es un futbolista sin igual. Siento mucha admiración y respeto hacia él.

¿Con qué se queda de su segundo Mundial, el de 1998?

Con el partido contra Chile, en Nantes. Tuvimos la impresión de haber acariciado la clasificación para la segunda fase. Sentimos un pequeño sentimiento de injusticia frente a las tarjetas rojas y los goles anulados. Inevitablemente, eso deja huella. Pero viéndolo con perspectiva, también podemos lamentar esa victoria contra Austria que dejamos escapar en los últimos segundos del partido. Cuando íbamos ganando 1-0, encajamos el empate por falta de concentración en defensa.

¿Cómo explica su doble amonestación contra Chile, siendo que ya había sufrido antes otra expulsión en un Mundial?

¿Sabe? Cuando estoy en un campo de fútbol, soy otra persona. Quiero ganar. Y cuando juego por mi país, mojo la camiseta y, generalmente, estoy muy implicado. Ese día tuve una mala reacción en caliente. Tal vez, también impulsado por la rabia frente a la injusticia que sufrimos.

Ostenta el récord del expulsado más joven en un Mundial y, junto a Zidane, es el único jugador que ha visto dos tarjetas rojas en dos ediciones distintas. Viéndolo con perspectiva, ¿qué le parecen esos dos récords un tanto particulares?

Lo considero como cosas que hice producto de la juventud. Fui expulsado en mis dos primeros Mundiales. ¡Después aprendí la lección (risas)! En 2002 no me expulsaron. Y lo mismo en 2010, aunque ahí solamente jugué unos minutos.

Precisamente, ¿con qué se queda de 2002 y 2010?

Esos dos Mundiales fueron más que frustrantes. En mi opinión, esos dos equipos tenían potencial para haber firmado una trayectoria excepcional. Pagamos caro pequeños errores técnicos y de falta de atención, sin olvidar algunas pequeñas meteduras de pata en la organización interna. El fútbol de alto nivel se decide por detalles.

Desde la edición de 1990, Camerún se ha estrellado cuatro veces en la primera fase. ¿Hay posibilidades de ver algún día a Camerún haciéndolo tan bien como en 1990, o incluso mejor?

¿Igualar a la generación del 90? No es imposible, pero requiere de mucho trabajo y depende de muchos otros factores: una muy buena preparación, jugadores que militen al máximo nivel, experiencia y también suerte. Lo que digo es válido para todas las selecciones africanas. Desde la generación del 90, solamente dos nacines africana ha alcanzado los cuartos de final en un Mundial absoluto de fútbol: Senegal en 2002 y Ghana en 2010. Sin embargo, el continente está repleto de jugadores talentosos, pero insisto: para dar ese salto, con el talento solo no basta. Pero tengo la firme convicción de que muy pronto un país africano podrá igualar e incluso superar a la generación del 90. Y deseo que sea Camerún el primero.

¿Cómo ve a la actual selección de Camerún?

Los Leones indomables tienen actualmente un buen equipo que puede seguir progresando. Es un grupo en fase de reconstrucción. Cuenta con jugadores que tienen muchos minutos de juego en sus clubes, y algunos juegan en competiciones europeas. Es algo positivo. Eso permitirá que el seleccionador tenga una plantilla competitiva. Además, hay una buena cantera en las selecciones inferiores, donde el seleccionador puede rebuscar en cualquier momento para reforzar su plantilla. Este grupo está progresando y, si estos jugadores juegan juntos con mucha frecuencia, se crearán automatismos y se harán más fuertes.

¿Confía en lograr la clasificación para el Mundial de 2022, pese a que Camerún figura en un grupo complicado para acceder a la tercera ronda?

El fútbol ha evolucionado mucho e, incluso, prácticamente se ha nivelado por abajo. Ya no hay naciones futbolísticas pequeñas. Todas aspiran a disputar un Mundial y harán todo lo posible por conseguirlo. Camerún tiene que estar en el Mundial. No me cabe ninguna duda de que los Leones indomables harán todo lo posible para lograrlo. Aunque sea difícil y el acceso a la tercera ronda esté caro; pero es el precio a pagar por acudir a un Mundial. Va a haber que mojar la camiseta y dejarse la piel. Los Leones indomables tienen un buen equipo y tengo fe en que estarán en Catar 2022.

¿De qué se siente más orgulloso hoy en día?

El solo hecho de haber disputado cuatro Mundiales me hace sentirme más que orgulloso. Conozco a muchos jugadores reputados que lo darían todo por disputar uno solo. El Mundial para mí es la competición futbolística más grande. Estoy orgulloso de haber representado a mi país en esos cuatro Mundiales. Gracias a la Copa Mundial pude incorporarme al fútbol profesional en Europa y, lógicamente, pude tener la trayectoria que todos saben.