Solo quedan dos de los doce estadios y, aunque lo más importante todavía está por llegar, el de San Petersburgo ya ha vibrado con varios choques apasionantes.

Francia y Bélgica son las dos próximas selecciones que actuarán en este recinto de 64.000 localidades. Antes de verlas medirse en semifinales, aprovechamos para repasar los duelos de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™ que se han disputado en esta cancha.

A pesar de realizar un gran partido al comienzo, Marruecos recibió un gol en los instantes finales, una tendencia que había empezado un par de horas antes en Ekaterimburgo. El reencuentro de los norteafricanos con el Mundial al cabo de veinte años se vio así empañado cuando Aziz Bouhaddouz, suplente de inicio, inauguró otra tónica de Rusia 2018, la de los tantos en propia meta.

Este partido presentaba varias incógnitas: ¿se toparía Rusia de bruces con la realidad después de su embriagador estreno en el partido inaugural? ¿Podría Mohamed Salah enderezar la trayectoria de Egipto? Por desgracia para los Faraones, la respuesta a ambas preguntas sería negativa, ya que Denis Cheryshev y Artem Dzyuba dieron una alegría al público local, que abarrotó el estadio.

Después de brillar, luego vacilar y por último tropezar en su estreno, Brasil estaba ansioso por reivindicarse frente a Costa Rica. Pero, para frustración de la Seleção y de sus hinchas, la chispa no aparecía ante unos ticos que se tomaron la contienda muy en serio. Philippe Coutinho y Neymar acabarían salvando este compromiso para los brasileños en el tiempo añadido.

Las Súper Águilas y la Albiceleste repitieron el apasionante espectáculo de hace cuatro años. El cuadro argentino necesitaba la victoria, y un público nervioso —dominado por los sudamericanos— pudo deleitarse primero con un toque mágico de Lionel Messi y luego con el tanto de Marcos Rojo muy cerca del pitido final, que supuso la clasificación para la ronda de octavos y eliminó a Nigeria.

Ambas selecciones tenían la oportunidad de hacer historia. Los suizos no alcanzaban los cuartos de final desde 1954, y el conjunto escandinavo llevaba casi un cuarto de siglo sin conseguirlo. Ninguna de ellas cedió lo más mínimo en la lucha por alcanzar esa ronda, hasta que la balanza se inclinó mediante el gol de Emil Forsberg, en un tiro desviado oportunamente por un contrario.