viernes 20 noviembre 2020, 19:50

Tshabalala: Mi gol siempre será especial

  • Siphiwe Tshabalala marcó un gol inolvidable en el partido inaugural de Sudáfrica 2010

  • Cuando faltan dos años para Catar 2022, el sudafricano comparte sus recuerdos del Soccer City

  • “Me siguen recordando aquel gol todos los días”

A principios de este año, Siphiwe Tshabalala escribió y publicó un libro para niños. “Trata de un muchacho de las polvorientas calles de Soweto que tiene el sueño de jugar al más alto nivel y que siente auténtica pasión por la pelota”, explicó a FIFA.com.

“El chico hace pruebas con diferentes equipos, pero es de estatura baja y los demás jugadores se ríen y se meten con él por ese motivo. A pesar de todo, el muchacho se centra en su sueño y, cuando le llega la oportunidad, sorprende a todo el mundo con su talento y habilidad", relata nuestro protagonista.

"Al final logra que el entrenador lo incluya en su lista para un importante torneo. Cuando llega el momento, el equipo se encomienda a su talento y él responde marcando el mejor gol que se pueda imaginar. ¡Y así es como se convierte en ‘Super Shabba’!”, agrega.

“Es la historia de un verdadero héroe africano”, asegura Tshabalala. Y quién mejor para contar esa historia que el hombre que vivió ese cuento de hadas en sus propias carnes y que ha sido idolatrado en su país desde entonces.

Este mito viviente de los Bafana Bafana también es un excelente candidato para opinar sobre el partido inaugural de la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™, para el que hoy faltan exactamente dos años. No en vano, si algún jugador catarí quisiese saber hasta qué punto te puede cambiar la vida ser protagonista en una cita mundialista histórica, como la primera celebrada en un continente orgulloso de su tradición futbolística,

Tshabalala podría darle unos cuantos consejos. “Independientemente de lo que fuese a venir después, aquel gol estaba desde el principio destinado a ser el mejor de mi carrera, porque sirvió para alegrarle la vida a mucha gente”, reconoce. “Siempre lo recordaré con cariño, porque fue muy bonito, pero hablamos de un gol de una magnitud mucho mayor que la de mi persona”, añade.

“Ya han pasado diez años, pero es como si hubiese sido ayer, porque todos los días hay alguien que me lo recuerda. Es una cura de humildad. Aquel gol fue especial entonces, lo es hoy, para mí y para mucha otra gente, y lo seguirá siendo siempre”, asegura.

Siphiwe Tshabalala of South Africa scores against Mexico at Soccer City stadium 

Tanto si el balón hubiese entrado llorando como si Tshabalala hubiese rematado con el trasero, lo más probable es que aquella diana del estadio Soccer City hubiera marcado la carrera de Tshabalala igualmente. Sin embargo, no se puede negar que se trató de un auténtico golazo, que culminó una jugada excelentemente elaborada con una de las mejores definiciones de aquel certamen y, posiblemente, de la historia de la Copa Mundial de la FIFA.

“La verdad es que al principio pensé en intentar una vaselina, porque el portero estaba adelantado”, confiesa Tshabalala. “Por suerte, me lo pensé mejor y decidí pegarle con todo. Cuando estaba a punto de conectar el disparo, la pelota dio un pequeño bote que creo que ayudó, y el golpeo fue tan bueno que enseguida supe que aquello iba a acabar en gol”, rememora.

El baile de celebración que Tshabalala y varios de sus compañeros protagonizaron inmediatamente después junto a la línea de banda se hizo casi tan famoso como el propio gol, y reflejó la felicidad que el extremo experimentó por haber hecho realidad un sueño de la infancia.

Siphiwe Tshabalala of South Africa celebrates his goal against Mexico at Soccer City stadium

“Cuando se anunció que el Mundial se iba a organizar en África, yo no era nadie como futbolista, pero recuerdo haberle dicho a un amigo que en 2010 iba a estar en aquella cita representando a Sudáfrica sobre el campo. Eso demuestra el poder que pensar en positivo puede llegar a tener”, reflexiona.

“Lo mismo ocurrió en las semanas anteriores al partido inaugural de aquel Mundial: yo tenía la corazonada de que iba a hacer un buen partido y de que marcaría un gol. Así lo demostró la celebración posterior, porque estaba ensayada. ¡Sabíamos que íbamos a marcar!”, continúa.

Tshabalala, que tiene actualmente 36 años, regresó recientemente a Sudáfrica tras una etapa en Turquía y fichó por el AmaZulu FC, un club de Durban con grandes expectativas. “Estoy muy ilusionado con este nuevo capítulo de mi trayectoria”, asegura. “Hablamos de un equipo con un gran potencial que podría convertirse en una referencia en este país”, añade.

Además, la estrella sudafricana, que ha vestido la elástica de los Bafana Bafana en 90 ocasiones, dedica cada vez más tiempo a su fundación, que durante la pandemia ha pasado de centrarse en el deporte a poner el foco en cubrir cada día las necesidades básicas de la población más desfavorecida.

“Por suerte, he tenido oportunidad de hacer muchas cosas con mi fundación”, explica. “El gobierno me concedió un permiso de libre circulación durante la época del confinamiento, y hemos podido proporcionar mantas, jabón en polvo y otros productos de primera necesidad que durante el invierno resultaban fundamentales para las personas necesitadas. Esa labor es muy importante para mí”, afirma.

“Siempre le digo a todo el mundo que, independientemente de los equipos en los que haya jugado y de los títulos que pueda haber ganado, mi mayor legado será haber tenido un efecto en la vida de las personas. Aquel gol de 2010 significó mucho para mucha gente, y lo mismo se puede decir del trabajo que hago con mi fundación en la actualidad. Si se me recuerda por esos dos logros, me sentiré enormemente feliz”, concluye.