jueves 02 junio 2016, 19:01

Zizou, en la cima del mundo

Los Bleus nunca habían ganado la Copa Mundial de la FIFA™ antes de aquella noche de julio en el Stade de France. Y poca gente esperaba que acabarían con la sequía en esa final, al ser su rival Brasil, defensora del título y clara favorita. Pero menos gente aún habría vaticinado la forma en que lo consiguieron...

Zidane, desde luego, era un jugador dotado de muchos y muy variados talentos, pero no destacaba precisamente por rematar de cabeza. Pese a ello, lideró la mítica victoria de Francia no con uno, sino con dos fulgurantes testarazos en sendos saques de esquina, como si fuese su principal especialidad.

“Nunca se me he dado muy bien rematar de cabeza”, reconocía posteriormente, “pero afortunadamente conseguí hacerlo bien… ¡y dos veces! Es fabuloso meter dos goles en la final. No hay nada mejor que eso”.

Su seleccionador, Aimé Jacquet, no estaba tan sorprendido, al considerar esos cabezazos como una manifestación de la fortaleza mental de su jugador estelar. “Zidane es un superdotado”, destacaba Jacquet. “Posee una magnífica visión de juego y hace lo que quiere con el balón. Además, como se pudo comprobar contra Brasil, le sobra determinación. El juego aéreo no es su fuerte, pero en esos dos saques de esquina se lanzó a por todas y ya hemos visto el resultado”.

¿Sabías que…?

Una camiseta que vistió Zidane en Francia 1998 y el banderín de la final figuran entre los objetos únicos que se exhiben en el Museo del Fútbol Mundial de la FIFA, en Zúrich.