domingo 12 agosto 2018, 21:59

Rapinoe: "Soy atacante, extremo y goleadora"

  • Nominada por primera vez al premio The Best a la jugadora de la FIFA

  • A los 33 años, es la candidata más veterana

  • Reconoce: "Sinceramente, me sorprendió un poco"

Megan Rapinoe es uno de los nombres más ilustres del fútbol femenino desde hace una década. A sus 33 años, la futbolista estadounidense ha sido nominada al premio The Best a la jugadora de la FIFA, el máximo galardón individual de la actividad.

Nacida en California, Rapinoe es la más veterana de la lista de candidatas de este año, y está en uno de los mejores momentos de su trayectoria deportiva.

Tras el duro revés que le supuso la rotura del ligamento cruzado anterior a finales de 2015 —la tercera lesión de este tipo en su carrera—, Rapinoe ha evolucionado como futbolista y ha demostrado su capacidad para adaptarse a un sistema de juego nuevo, lo que pone de manifiesto su inteligencia en la cancha y su determinación por sobresalir.

Charlamos en exclusiva con Rapinoe y descubrimos las razones de su progreso en este punto de su carrera y cómo fue su viaje hasta la cima del fútbol femenino.

¿Cuál fue su reacción al enterarse de que había sido nominada al premio The Best a la jugadora de la FIFA 2018?

Sinceramente, me sorprendió un poco. No porque piense que no soy buena, sino porque no me lo esperaba. Lógicamente, es un gran honor y me siento halagada. Me dieron una alegría. Creo que, para cualquier futbolista que se haya esforzado mucho y que siempre busca ser la mejor, no importa si al final eres o no la mejor. Es algo que no debe cambiar tu forma de ver las cosas. Todo el mundo ha de intentar llegar a ser lo mejor posible, pero siempre se agradece un poco de reconocimiento.

¿Qué significa para usted estar jugando a un nivel tan alto en este momento de su carrera y mantenerse en la élite?

Es algo muy especial. Es especial poder jugar mejor de lo que he jugado nunca, sobre todo porque soy un poco más mayor y este es ya el décimo año de mi carrera, creo. Más aún teniendo en cuenta que llegaba después de un 2015 increíble, porque sentía que estaba jugando como nunca. Sufrir una lesión en el ligamento cruzado anterior en ese momento de mi carrera, a esa edad y en ese instante en particular, con los Juegos Olímpicos en el horizonte... Conseguí llegar a los Juegos Olímpicos, pero andaba muy lejos de mi mejor versión y la selección tampoco estuvo demasiado bien.

Nunca dudé de que volvería a jugar, pero hay veces que es inevitable que se te pase por la cabeza. También es lógico plantearte a qué nivel vas a volver. Sin embargo, cuando ves que todo tu esfuerzo y esos momentos difíciles en tu vida privada compensan, y no solo a mí, sino a toda la gente que me rodea —mi familia, mis entrenadores, mis amistades más cercanas, mi novia—; ver que ellos también han formado parte de todo el proceso y saben por lo que he pasado y lo mucho que me he esforzado para llegar hasta aquí, también lo hace muy especial para mí.

¿A qué atribuye que esté jugando mejor que nunca?

Cuando te vas haciendo mayor como futbolista, llega un punto en el que todo cambia, porque ya no puedes hacer las mismas cosas que hacías con 22 o 26 años. A veces, esto llega de la noche a la mañana y, otras veces, no lo ves venir o empiezas a sufrir pequeñas lesiones. Nunca diré que fue una suerte romperme el ligamento cruzado anterior, pero fue una lesión que llegó en un momento en el que mi cuerpo también había empezado a cambiar, por lo que fue una buena oportunidad para reiniciar todo el sistema.

Conforme me iba recuperando de la lesión del ligamento, y durante ese primer año de rehabilitación, noté que mi cuerpo era diferente. Y, cuando reaparecí, intentaba hacer las mismas cosas, pero no conseguía los mismos resultados. Creo que fue entonces cuando comprendí que tenía que cambiar, que tenía que hacer algo más.

También me centré muchísimo más en mi preparación, en mi alimentación, en fortalecer mi musculatura y en hacer todas esas pequeñas cosas fuera de la cancha que podían tener repercusión en el terreno de juego. Y creo que esas son precisamente las cosas que más han marcado la diferencia a mi favor.

¿Cómo describiría su evolución en términos tácticos y técnicos? Da la sensación de que se ha convertido en la atacante total.

Intento no correr en vano durante los partidos, ¡pero lo acabo haciendo! (Ríe) El estilo de juego ha cambiado tanto en mi club como en la selección. Durante la mayor parte de mi etapa en el combinado nacional utilizamos un 4-4-2, pero en los dos últimos años hemos cambiado más bien a un 4-3-3. Así que, básicamente, soy atacante, extremo y goleadora. Creo que el hecho de jugar en una zona más avanzada del campo y de haberme descargado de ciertas tareas defensivas me permite estar más cerca del arco contrario. Y creo que, cuanto más cerca estoy del arco contrario, soy mejor, más peligrosa, hago jugar más a mis compañeras y genero más problemas a las defensas.

¿Qué se siente al saber que es un modelo a seguir para tanta gente?

Es una sensación fabulosa, la verdad. Si echo la vista atrás y me remonto hasta la Copa Mundial Femenina de 1999, recuerdo que conocí en persona a algunas de las jugadoras y me quedaba embobada mirándolas. Ahora, al repasar mi trayectoria profesional, compruebo adónde ha llegado este deporte, que esta selección ha formado parte de todo ello y que yo he aportado mi granito de arena al proceso.

Actualmente, jugamos partidos en estadios llenos, el fútbol femenino ha crecido muchísimo y nuestra liga es sensacional. Me gusta verlo en perspectiva y darme cuenta de que estoy viviendo un sueño.

Sé que suena a cliché, pero me siento muy agradecida y afortunada de poder hacer esto, y de haber podido ser parte de una selección increíble que ha conseguido un montón de cosas, tanto dentro como fuera de la cancha. Ver los éxitos que hemos cosechado, todo aquello por lo que hemos pasado y la manera en la que hemos influido en este deporte y en la que seguimos haciéndolo son algunas de las experiencias más gratificantes de toda mi carrera. Está claro que las medallas, los triunfos y los Mundiales son increíbles, pero creo que, cuando echo la vista atrás, lo que de verdad quedará para siempre es el impacto que hemos tenido también fuera del terreno de juego.

¿Cuál le gustaría que fuera su legado?

¡Soy demasiado joven para esa pregunta! Pero supongo que me estoy haciendo mayor, así que tendré que aceptarlo. Quiero que la gente me recuerde en la cancha por lo mismo que por cómo soy fuera de ella: una persona apasionada que vivió con felicidad y alegría, que lo dio todo, que fue una buena compañera, que adoraba este deporte, que intentó jugar bien y que disfrutó de cada minuto que pudo jugar.

Me gustaría que me recordaran como a alguien que quería defender lo correcto, las cosas importantes, y que aprovechó la plataforma y la popularidad de la que, por suerte, disponemos. Y que lo hizo no solamente para mejorar este deporte y dejarlo en un lugar mejor, sino también en términos generales: para tratar de hacer del mundo un lugar mejor e intentar utilizar esa influencia y esa plataforma que tenemos para lograrlo.

Vídeo producido por U.S. Soccer