Corría el año 2013 y los jugadores y el cuerpo técnico de la selección inglesa sub-20 esperaban en su hotel para participar en un desafío de golf que habían organizado. Todo el mundo iba de chándal y cada uno había puesto un par de liras turcas que se habría de llevar el ganador, aunque nadie se lo estaba tomando demasiado en serio. La idea era simplemente pasárselo bien un rato.

Fue entonces cuando apareció el dorsal número 9 del equipo, vestido de pies a cabeza como un golfista profesional, listo para vérselas con sus compañeros y desatando las carcajadas del plantel. El nombre del jugador en cuestión era Harry Kane, que dejaba así su sello incluso antes de que la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA hubiese echado a andar.

“Lo último que le hacía falta a aquel grupo era gente excesivamente callada”, recuerda Peter Taylor, el entonces seleccionador inglés sub-20.

“Queríamos chicos que fomentasen el espíritu de equipo. La escena resultó muy divertida, con gorro y zapatos de golf incluidos. Aquello fue la manera que Harry tuvo de ayudarme a crear el espíritu colectivo que yo buscaba, y supuso todo un detalle por su parte”, añade.

La proyección del delantero internacional del Tottenham Hotspur ha sido meteórica a partir de aquel certamen mundialista. Kane irrumpió en el primer equipo de los Spurs en la temporada 2013/14 y no ha parado de crecer desde entonces.

Tanto con su club como con el combinado absoluto, el ariete ha marcado numerosos goles, lo que le valió para conquistar la Bota de Oro de adidas en la Copa Mundial de la FIFA 2018™.

Además, el atacante ha sido nominado para el Premio The Best al Jugador de la FIFA tres años consecutivos, incluida la presente edición del galardón. Pero... ¿cómo le fueron las cosas a Kane en aquella Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Turquía 2013?

“Probablemente soy el único entrenador a cuyas órdenes no se hinchó a marcar goles”, dice Taylor sonriendo.

“En aquel certamen no mostró su mejor versión, pero a partir de entonces no ha parado de ver puerta. Harry salió de aquella cita mundialista habiendo demostrado que era un jugador de categoría que tenía lo que hacía falta para triunfar como profesional, pero a buen seguro habría estado más satisfecho si hubiese marcado más goles que hubiesen llevado más lejos al equipo”, explica.

Puede que Inglaterra no superase la fase de grupos de Turquía 2013, pero Kane intervino en los tres goles del combinado inglés en aquel certamen: marcó uno y asistió en los otros dos.

A pesar de la eliminación prematura, Taylor tuvo oportunidad de apreciar la calidad de Kane en cada entrenamiento. “Ya entonces definía a la perfección, y con las dos piernas”, revela Taylor.

“No necesitaba mucho espacio para preparar el disparo, sino que le pegaba con fuerza sin apenas carrerilla. Sus lanzamientos siempre ponían a prueba al portero de turno. Se trata de un futbolista que se centra mucho en el control porque siempre tiene la portería rival en mente. Sabe colocarse en la posición adecuada para controlar y buscar la portería de inmediato. Es un delantero que piensa mucho lo que hace”, explica.

El episodio del traje de golfista mostró el sentido del humor de Kane, pero también sirvió quizás para poner de manifiesto el alto grado de compromiso que pone en todo lo que hace.

A lo largo de su dilatada trayectoria como técnico, Peter Taylor, que dirigió a varias de las categorías inferiores de la selección inglesa y entrena actualmente al Dagenham & Redbridge inglés, ha tenido a su cargo a delanteros jóvenes de gran categoría como Michael Owen, Robbie Fowler y Theo Walcott.

“Harry es el mejor delantero con el que he trabajado”, asegura. “Es un jugador muy completo. Se vale de su tamaño para proteger y retener la pelota y sabe situarse en el área, a lo que hay que añadir su capacidad para marcar desde lejos gracias a su excelente disparo con las dos piernas”, continúa el preparador.

“Por si fuera poco, Harry es un futbolista muy trabajador que cada día se esfuerza al máximo por seguir mejorando”, concluye.

Ahora resta por saber si el Kane que se ganó a sus compañeros con aquella escena del traje de golfista en 2013 será capaz de conquistar el Premio The Best en 2019.