domingo 23 septiembre 2007, 09:28

Una "Formiga" atómica de verde y amarillo

¿Recuerdan aquellos dibujos animados de los años 60 en los que una hormiguita diminuta provista de casco desarrollaba una fuerza extraordinaria en la lucha contra el mal? No hablaremos aquí de clásicos infantiles, pero la imagen nos sirve para presentarles a la capitana de la selección brasileña.

Miraildes Maciel Mota, más conocida como Formiga (hormiga en portugués), es una figura clave de unos de los equipos favoritos para levantar la Copa Mundial Femenina de la FIFA China 2007. La jugadora de 29 años es el motor del centro del campo canarinho, una infatigable trabajadora en la sombra. No sólo distribuye el juego de ataque sino que se maneja con destreza en la contención, tira faltas, ejecuta saques de esquina y no duda en buscar el gol si se encuentra en la posición... sintentiza trabajo duro y fuerza.

¿Qué es lo que no hace bien Formiga? La jugadora se ríe. "Es verdad que hago muchas cosa. Pero ése es mi trabajo, y cuando no puedo llegar yo, hay otra compañera que me apoya. El entrenador me dio esa responsabilidad, yo sólo espero responder a la altura que él espera".

Claro que el trabajo de apoyo a la línea de ataque es mucho más agradecido cuando tus delanteras se llaman Marta, Cristiane o Daniela Alves. "Desde luego que sí, pero me dejan a mí el marcaje atrás (risas). Así que tengo el trabajo doblado porque no sólo hay que hacerles llegar a ellas el balón sino que tienes que contener atrás, ayudar a la zaga y a la portera", explica Formiga a FIFA.com.

Camino de la final Brasil se ha plantado en los cuartos de final con un pleno de victorias en el Grupo D donde no ha encajado ni un gol y ha anotado 10. "Estamos muy contentas por cómo hemos defendido. Nuestra portera lleva mucho tiempo sin concede goles y sabemos que atrás estamos muy seguras", apunta.

La última victoria ante Dinamarca fue la más complicada. A pesar del absoluto dominio del balón y las múltiples ocasiones creadas, el gol del triunfo llegó en el tiempo de descuento. "El resultado nos deja satisfechas porque nos da mucha moral. Creo que toda victoria es sufrida no sólo las que llegan en el último minuto. ¡Ojalá todos los partidos estuvieran resueltos en los primeros 45 minutos!", comenta risueña.

"Lo primero que nos preocupaba era tener seguridad atrás y a partir de ahí sabíamos que iríamos teniendo nuestras oportunidades. Sólo necesitábamos tener paciencia", resume.

En la próxima instancia toca cruzarse con Australia, pero en lugar de analizar al rival, Formiga se preocupa más por Brasil. "No podemos escoger a nuestros rivales en el camino a la final, sino preferiríamos a otro equipo, como Argentina. Tenemos que enfrentarnos a quién venga, haciendo nuestro juego y mejorando ciertos detalles. Por ejemplo, tenemos que trabajar ese último pase, antes de la finalización", analiza la capitana brasileña.

Decidida a hacer historia Formiga es una de las veteranas del grupo. Empezó a defender la camiseta verdeamarelha en 1991 en las categorías inferiores de la selección y desde entonces no se ha perdido ningún gran evento. La medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas fue uno de los momentos más especiales de su carrera y, en su opinión, supuso un paso adelante para el fútbol femenino en Brasil.

"Las cosas cambiaron un poco pero todavía falta que los dirigentes de los grandes clubes y las federaciones brasileñas abran la puerta a las niñas. Estamos rompiendo el preconcepto pero queda mucho camino", reconoce esta luchadora.

Una de las reivindicaciones de las reinas del jogo bonito es que se establezca una competición femenina en el país. "De esta manera es muy difícil mantenerse en forma. A las futbolistas sólo les queda jugar al fútbol sala o con sus amigos en la calle", lamenta. Ella misma es una emigrante del fútbol y probó suerte en Suecia y recientemente en Estados Unidos, en el Sky Blue de Nueva Jersey.

Levantar la Copa Mundial sería el argumento definitivo para que sus esperanzas se hiciesen realidad. "Soñar no cuesta nada, sobre todo para nosotras que lo tenemos tan difícil para llegar aquí. Ése es el objetivo que nos marcamos, que éste sea un equipo que haga historia para Brasil. Llevo 16 años en la selección, es mi cuarto mundial y con certeza puedo decir que éste es el grupo más fuerte que hemos tenido, el que tienen más posibilidades de llegar a la final".

Esta Formiga no usa un casco para luchar contra las adversidades. Sólo necesita un balón en los pies...