miércoles 05 junio 2019, 09:05

Francia sueña en casa

  • Francia espera beneficiarse de jugar como local

  • Organizar el torneo, ¿más motivación o mayor presión?

  • Gaëtane Thiney y Sarah Bouhaddi aspiran a brillar en casa

Por Emma Hingant, con Francia 🇫🇷

“Un Mundial en tu país en un sueño. Un Mundial ya es un sueño en sí, pero ahora tenemos la oportunidad de jugar en casa, eso va a ser extraordinario. Mágico incluso, diría yo”. En pocas palabras, Sarah Bouhaddi, guardameta de la selección francesa, resume perfectamente lo que siente un país que se dispone a albergar el torneo más prestigioso del planeta, la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™.

“Vamos a vivir lindas emociones y, sobre todo, compartir con el público francés algo que va a ser extraordinario”, señala por su parte su compañera Gaëtane Thiney, para quien esta será su tercera edición del certamen. “Es algo que no imaginábamos ni en nuestros sueños más alocados”.

La presión de jugar en casa

Las francesas están preparadas para medirse con el mundo entero ante la mirada de su propio público, que se volcará con su causa. Pero ¿organizar el certamen y tener ese apoyo incondicional de las gradas supone realmente una ventaja? En la versión masculina, Uruguay, Italia, Inglaterra, Alemania, Argentina y Francia han sido capaces de alzar el trofeo como locales, pero en el Mundial Femenino la fortuna no ha sonreído del mismo modo a los países organizadores.

Desde 1991, la selección anfitriona tan solo ha ganado un título, el de 1999, en Estados Unidos. Y peor aún: con la excepción —de nuevo— de Estados Unidos en 2003, siempre se ha estrellado en la fase de cuartos de final.

Bouhaddi, arquera con 140 internacionalidades en su historial, se muestra confiada y asegura que ese maleficio no afectará a las Tricolores en Francia. “Vamos a tener entre 30 y 40.000 personas apoyándonos, que nos impulsarán para que ganemos. En ocasiones, habrá momentos difíciles, pero creo que van a ayudarnos a superarlos”, afirma la arquera del Olympique de Lyon. “Es una posibilidad adicional que tenemos respecto a las otras naciones”.

Si las Bleues se fijan de los libros de historia, harán bien en confiar en su jugador número doce, o jugadora, en este caso. La UEFA EURO 1984 y la Copa Mundial de la FIFA 1998™ celebradas en Francia se saldaron con triunfos locales, mientras que en la EURO 2016 los Bleus alcanzaron la final. Así pues, las francesas esperan que organizar la cita mundialista en 2019 les permita inscribir su nombre en el palmarés.

Un trato

“Habrá que ser fuertes, de mentalidad y de piernas, pero sobre todo tenemos ganas de que la gente a la que queremos viva este intento de emular lo que ya consiguió el país”, confiesa Thiney, centrocampista del París FC de 33 años, que tiene recuerdos muy vívidos de la primera corona mundial que se ciñó el combinado masculino en 1998. Para sus compañeras más jóvenes, la inspiración vendrá especialmente del segundo título, conquistado en Rusia. “La victoria de los Bleus en 2018 es una motivación, porque queremos vivir lo mismo que ellos”, confirma, al mismo tiempo que ofrece un trato al público francés: “Sigan apoyándonos e intentaremos devolverlo multiplicado por cien, para que las emociones sean extraordinarias”.

Bouhaddi, de 32 años, está acostumbrada a cosechar éxitos con su club, pero todavía no con la selección, y confía en que eso cambie ahora. “Estamos en nuestro país, somos competitivas y queremos ganar este Mundial”, insiste, antes de concluir enviando también un mensaje a todos los seguidores de las Bleues: “Vamos a intentar no decepcionarles y nos entregaremos al máximo para conseguir que sonrían”.